Ruta senderismo Sevilla

Vía Verde de El Ronquillo, nueve kilómetros en busca de postales

Una propuesta de senderismo, pesca, cicloturismo y rutas ecuestres en una antigua vía ferroviaria que está a una media hora de Sevilla

Cicloturismo en familia al pie del embalse de La Minilla

Una columna de calor denso se ha levantado como una llamarada en las aceras de media España durante estos días que presumen de ser los más largos del año. La bofetada de fuego llega acompañada de planes que señalan al campo y a la playa, a los parques y lagunas de la provincia. Con el mapa en la pantalla y un surco azul que no alcanza la media hora de trayecto desde Sevilla, llegamos hasta la Vía Verde de El Ronquillo, un paseo de gracia para los que buscan lugares de tierra adentro en sus vacaciones o escapadas de fin de semana. Naturaleza, ocio, deporte, aventura y gastronomía son algunas de las palabras que se derraman a medida que nos acercamos.

Esta ruta tiene sus orígenes en el tramo de una antigua vía ferroviaria que conectaba San Juan de Aznalfarache con las Minas de Cala. El pasado minero de la zona le devuelve una oportunidad en el presente: nueve kilómetros que van en busca de una postal sublime a la orilla del embalse de la Minilla . Ese es el mayor atractivo: el esfuerzo que hace el carril en todo su recorrido por encontrar la estampa definitiva . El agua que se tiñe de rubio con la complicidad del sol, las montañas que se imantan para contener el pantano entre sus palmas, los islotes que toman algo de aire desde las profundidades y los árboles que callan para contemplar el paisaje desde las alturas. La sierra guarda silencio y el encanto del lugar gana protagonismo entre quienes lo visitan.

Ya no hay tren, sino viandantes que charlan y caminan a paso lento con cámaras de fotos en la mano. También hay caballos y bicicletas , pues son muchos los que optan por actividades relacionadas con el cicloturismo y las rutas ecuestres . Por supuesto, el senderismo es el deporte que gobierna con mayor autoridad en el terreno. Parece que la pequeña atmósfera que se ha creado al pie del embalse no invita a otra cosa. Y es por ello que se han dispuesto miradores a lo largo del itinerario . Puentes y barandas de madera que reclaman la atención del momento. Quizá indican que es ahí. Que en algún ángulo desde esa misma perspectiva está la instantánea que buscamos. Quien sabe.

Puente durante la propia ruta

En el kilómetro 0 se ubica una vieja estación que ha sido rehabilitada como restaurante y casa rural , aunque aún conserva la estructura de su linaje minero en puertas, paredes y ventanas. Además de los servicios de alojamiento y restauración, también ofrece el alquiler de kayaks y bicicletas, así como dos grandes salones para celebraciones privadas, rocódromo, tirolinas, etc. Es decir, estamos ante un punto de información y encuentro dentro de lo salvaje de la vía. La puerta que se ha de pasar para lanzarse de lleno al ombligo del campo. Y recuerden: a tan solo 30 minutos por la A-66.

Dicen que lo único que no se moja al entrar en el agua es la sombra. Y no hay nada tan placentero como una sobremesa en esta terraza donde la penumbra de una de las márgenes avanza por el líquido hacia la otra. Las horas pasan y el tiempo se mide en los reflejos y negruras de la superficie del embalse. Nada está quieto, sino que todo progresa con sigilo . Una escena que se repite cada día ante quienes descansan en esta antigua estación ferroviaria que ha encontrado hoy múltiples usos.

La pesca , como señalamos en reportajes anteriores, es otra de las actividades preferidas entre quienes señalan a La Minilla como destino turístico. De nuevo, todo gira en torno a la tranquilidad: un paseo, la fotografía, un borde oculto en el que echar la caña en busca de carpas y barbos . O quizá con la intención de abrazarse a una tarde de excusas en la que disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor. Simplemente eso: una escapada sencilla con la familia y los amigos.

Los senderistas que no deseen hacer parada en el restaurante tienen otras opciones, ya que los merenderos y áreas de descanso se distribuyen alrededor del camino, al igual que los restos de las instalaciones abandonadas , que desde hace algunas décadas dormitan en la maleza. Hay piedras que coquetean con la desaparición definitiva tras las encinas y vestigios de casas que murieron cuando cesó el traqueo que cargaba los minerales desde Cala. Ahora solo silba la sierra.

La Vía Verde de El Ronquillo se encuentra en plena Sierra Norte de Sevilla y es habitual encontrar animales en ella , tanto salvajes como cabezas de ganado que transitan la zona. Por su cercanía, la escasa peligrosidad que alberga, la facilidad del recorrido y los cómodos servicios que ofrece, parece uno de esos espacios idóneos para todos los públicos . Un lugar de retamas secas y riberas lánguidas al que asistir con los más pequeños o sin ellos. No importa. Cualquier edad es buena para cargar la mente y los pulmones, retratar la luz que se nos ofrece y echarle pies al camino hasta agotarlo.

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