Verano en Madrid: ocio y adrenalina para las vacaciones

La región ofrece un extenso catálogo de actividades para todos aquellos que plantan cara al calor sin huir a la playa. Los deportes acuáticos más extremos y el paracaidismo «de salón» son la última moda

MADRID Actualizado: Guardar
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El grupo de música «The Refrescos» creo la letanía musical que desde finales de los 80 machaca el ánimo veraniego de los madrileños recordando que aquí «no hay playa». Una verdad incontestable pero que no resta virtudes a una región que no cierra su ocio por vacaciones. Diversión y adrenalina para todos los gustos, edades y bolsillos con propuestas que suplen con imaginación la ausencia de costa.

Flyboard
Flyboard - REUTERS

No es salada, pero el agua del pantano de San Juan, en San Martín de Valdeiglesias, permite realizar multitud de deportes. Además de acoger a los regatistas para que pueden disfrutar de la vela sin salir de los límites de Madrid, es el único embalse de la región en el que está permitido el baño y las actividades acuáticas a motor.

En sus 14 kilómetros de playas, empresas como WakeA Experience (Carretera Virgen de la Nueva, 146. San Martín de Valdeiglesias) ofrecen deportes náuticos como el esquí acuático, kayak, «wakesurf» –que permite hacer surf aprovechando la ola que genera una lancha en su movimiento– o «paddle surf». Una de sus actividades más llamativas es el «flyboard», una tabla a propulsión conectada a una moto de agua que permite hacer acrobacias y volar volar hasta 12 metros.

«Por los aires» también está la novedosa propuesta de Urban Planet Jump (en la primera planta del centro comercial Sambil de Leganés. Calle de Mondragón s/n). Un centro especializado en ocio y deporte familiar sobre camas elásticas que permite practicar salto libre, «parkour» o hacer piruetas sobre una «big airbag» (una colchoneta gigante de aire). Sus instalaciones están diseñadas para acoger divertidos juegos en los que los niños pueden participar sin riesgo. Por ejemplo, en partidos de «dodge-ball» –balón prisionero sobre camas elásticas– o de «jumping basket» que permite meterse en la piel de Michael Jordan para hacer un espectacular mate.

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Emociones aún más fuertes se encuentran en Windobona (calle Calderilla, 16), el primer túnel de viento para practicar paracaidismo de interior en la capital. Una buena forma de experimentar la misma adrenalina que saltando en caída libre pero sin ningún tipo de riesgo. Según sus instructores, la actividad se puede practicar desde los 4 años y se adapta a las limitaciones físicas de cada persona. El vuelo es similar al salto desde un avión a 4.000 metros. Su duración mínima es de dos minutos aunque los especialistas recomiendan vuelos de seisminutos, que es la duración de un salto en caída libre en un curso real de paracaidismo. La actividad es apta para personas cuyo peso no supere los 120 kilos.

En la piel de un soldado

Modelo FV432 que se puede conducir en Villaviciosa de Odón
Modelo FV432 que se puede conducir en Villaviciosa de Odón - VALLEINGRADO

Madrid es el único punto de España en el que se puede conducir un blindado. Ponerse a los mandos de este tipo de vehículo, conocido popularmente como «tanque», es posible en Valleingrado (calle Cueva de la Mora, s/n. Villaviciosa de Odón). Este espacio recreativo en el que se puede practicar «airsoft», reproduce una escenografía bélica prácticamente real.

En su circuito, de mil metros aproximadamente, se pueden dar tres vueltas pilotando un acorazado inglés –modelo FV432– que permite experimentar la sensación de interactuar con este gigante mecánico. Para ello, no es necesario tener carnet de conducir y pueden pilotarlo mayores de 16 años. El precio de esta actividad es de 185 euros, más 10 euros extras por cada pasajero –con una edad mínima de 8 años– hasta un máximo de cuatro personas.

Insect Park en San Lorenzo de El Escorial
Insect Park en San Lorenzo de El Escorial - INSECT PARK

Alejado de las emociones fuertes, salvo para aquellos que tengan verdadera fobia a los insectos, está el Insect Park de San Lorenzo de El Escorial (en el kilómetro 5,8 de la carretera M-600). Este peculiar museo está enclavado a las puertas del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, al pie del Monte Abantos. En las salas de «microfauna» se exhiben mariposas e insectos de todo el mundo con el objetivo de mostrar la extraordinaria biodiversidad de «bichos» que pueblan el planeta. Así lo explica Pedro Velasco, director de este singular espacio.

Además de su interés científico, este centro natural es uno de los puntos más importantes de conservación de las mariposas en España. El patio interior del edificio se convierte en todo un espectáculo al que acuden distintas especies. Salvo en invierno, en todo su entorno se puede observar con facilidad bellos ejemplares de «Isabelina», una especie endémica que mantiene colonias saludables en la Sierra de Guadarrama y que tiene un criadero propio en el interior del museo.

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