Uno de los platos de Tilk
Uno de los platos de Tilk - ABC

Tilk, sencillez y autenticidad

Es el restaurante favorito del embajador de la India y del resto del personal a sus órdenes

Madrid Actualizado: Guardar
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Abundan en Madrid los restaurantes de cocina india, pero sin embargo son muy pocos los que marcan un nivel mínimo. Dejando a un lado al lujoso Benares, con una cocina más sofisticada, la oferta de tipo medio es reducida. No podemos compartir de ninguna manera el entusiasmo que algún colega muestra por los restaurantes indios de Lavapiés, algunos evidentemente muy auténticos, pero con instalaciones y otros detalles cutres que no invitan a visitarlos. Hasta la fecha, entre la oferta disponible sobresalía con fuerza Tandoori Station, en la calle de José Ortega y Gasset.

Pero desde unos meses tenemos una nueva alternativa en la capital: Tilk. En los restaurantes de cocina extranjera siempre es una buena señal que los frecuenten los miembros de la embajada del país de que se trate.

Y resulta que este es el favorito del embajador de la India y del resto del personal a sus órdenes. Por algo será.

Sus propietarios, Andrés González y Sonia Karani, ella de origen indio, se han instalado en el local que anteriormente ocupó un restaurante gallego y no han hecho demasiados cambios en la decoración, un tanto anticuada. Pero sí han apostado por instalar un horno tandoor, que han traído expresamente de Londres. Por este horno, tan importante en la cocina india, pasan buena parte de los platos que se sirven en esta casa.

Platos que abarcan todas las regiones de aquel gran país y que están pensados para satisfacer a un público diverso sin renunciar por ello a la autenticidad en las elaboraciones. La de Tilk es una cocina popular y sencilla, pero bien resuelta. Con buen producto y a precios razonables. Además, al tomar nota tienen la buena costumbre de preguntar por los puntos de picante deseados por cada cliente y evitar así sorpresas...

La carta de esta casa es bastante más breve de lo habitual en los restaurantes indios. Mejor, porque simplifica la elección. Como entradas, muy correctas las «pakoras», esos buñuelos de harina de garbanzos que aquí hacen con espinacas y especias (8 €). Interesante la variante en la que utilizan piparras para rebozar en esa misma harina (8). Del citado horno tandoor salen las mejores opciones: las «tikkas», brochetas de carne que se marinan en yogur y especias. Tanto la de pollo (12) como la de cordero lechal (18), esta última también con jengibre. Sirven tanto de entrada como de plato principal. Acompáñenlas con una refrescante «raita» (6), esa crema de yogur y pepino que aquí hacen francamente bien.

Y por su puesto con el pan tradicional, el «nam» (3,50), que también se hace en el horno. Están buenos también los curries, con distintos grados de picante.

Si les gusta potente apuesten por el «vindaloo» de cordero (18), con ese punto que hace sudar pero no anestesia la boca. Pero hay otras muchas opciones. Y siempre con arroz blanco basmati. Los postres tienen menos interés. El más fresco y digestivo el lassi (6), tanto natural como de mango. Bodega breve con alguna referencia interesante. Y siempre la cerveza como buena alternativa para esta cocina tan especiada.

Lo mejor: Las "tikkas" de pollo y cordero

Precio medio: 35 €.

Calificación: 7.

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