Tom Jones: un «tigre» anda suelto por el Teatro Real

El de Tom Jones en el Teatro Real es uno de los conciertos imperdibles de la temporada estival en la capital, una de esas actuaciones que vienen con sello de garantía. Además de la experiencia que le da su dilatadísima trayectoria, el cantante galés nunca deja de sorprender por una calidad vocal que parece conservar como fruto de un pacto con el diablo. Ya estuvo formidable en su anterior parada madrileña lidiando con un recinto poco amable para su popuesta, como fue el Palacio de Deportes. Así que su portentoso chorro de voz promete sonar imponente esta noche en la relativa intimidad del Teatro Real, que enfila con este concierto la recta final del Universal Music Festival.

El Tigre de Gales viene a presentarnos su último trabajo, «Long Lost Suitcase», un álbum de versiones de artistas fundamentales en su formación musical inicial, como Willie Nelson, Willie Dixon o Hank Williams, que fue recibido con excelentes críticas y buenas ventas en 2015.

Sin embargo no serán pocos los fans que querrán escuchar sus primeros éxitos, aquellos que provocaron el delirio en la sala Imperator (ver despiece) hace más de medio siglo, en una primera visita a la capital que se produjo gracias al empeño del visionario empresario Jesús Nuño de la Rosa. Desde entonces son incontables las veces que Sir Tom (la Reina Isabel II le nombró caballero en 1995) ha actuado en Madrid, pero ninguna de ellas ha sido en un marco tan exquisito y solemne como el del Teatro Real.

Será un logro más en la carrera de una leyenda viva que tras alcanzar la fama mundial, vender cifras mareantes de discos y protagonizar algunos de los duetos más potentes de la historia del pop (el que firmó junto a Stevie Wonder en 1969 es de otro mundo) en los años sesenta y setenta, cayó en el más injusto de los olvidos.

Renacido

Los años ochenta fueron un vía crucis para Jones, relegado al circuito de restaurantes y salas de variedades, y no fue hast a finales de la década cuando consiguió volver al candelero. Fue su hijo quien dio con la tecla, al convertirse en su nuevo mánager y recomendarle hacer una versión de Prince («Kiss») que resultó un exitazo total. Aquello le dio oxígeno para aguantar hasta su siguiente hit planetario, el archiconocido «Sex Bomb» con el que toda una nueva generación supo quién era el Tigre de Gales.

Ahora, con 77 años y más de cien millones de discos vendidos, Tom Jones ya no tiene nada que demostrar. Pero esta noche conquistará a todo un Teatro Real, con más arrugas y el pelo cano, pero la garganta intacta.