Madelman: el juguete del «Baby boom»

El Museo Antropológico celebra el medio siglo del muñeco con una muestra sobre su papel en la sociedad de la época

GUILLERMO NAVARRO
Ignacio S. Calleja

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Los tiempos del Mayo francés , las protestas por la Guerra de Vietnam o el asesinato de Martin Luther King fueron los de una generación de niños que empezó a soñar con llegar a la Luna, pilotar una nave y explorar las minas del Rey Salomón. El año 1968, clave para la Historia, es también el del nacimiento del Madelman , un juguete que abre una ventana a los 70 y cuyo papel se detalla ahora en el Museo Antropológico Nacional , con una muestra sobre la vida de este muñeco; un viaje a la infancia y los secretos de estos «hombres articulados dispuestos para la acción» que marcaron una época.

La exposición, gratuita y hasta el próximo 14 de octubre, es una suerte de máquina del tiempo. Tiene un punto de nostalgia por las aventuras y fantasías propias de la infancia, pero también un ánimo ilustrador y de contexto. «Hemos querido que quien la visite se siente representado, pero por supuesto con una lectura sociológica», explica a ABC el director del museo, Fernando Sáez .

Así, la primera sala da unas pinceladas de los acontecimientos históricos del «año Madelman», desde el triunfo de Massiel en Eurovisión a la Primavera de Praga. «El Madelman representa el boom de la industria juguetera de España, el aumento de la clase media y el crecimiento de la natalidad », añade Sáez. Lo cierto es que los propios muñecos ya son un reflejo de varios aspectos de entonces.

José Manuel Cortés , quien se ha encargado del montaje y ha cedido parte de las piezas de su colección personal, detalla que algunos modelos están basados en personajes del cine. «En la evolución del muñeco vemos que en los primeros años lleva un peinado como el de James Bond y después se ven más guiños en otras series», señala. De hecho, está el Madelman de «2001: una odisea en el espacio», la película de Stanley Kubrick que inspiró este diseño y cuyo casco se expone en la primera estancia.

Viaje a la infancia

Pero más allá de la óptica sociológica, lo que hace especial a la exposición –compuesta por cerca de 250 piezas (originales y réplicas)– es que el visitante se reconoce en las vitrinas , que evocan a los años de meriendas de pan con chocolate que creyó olvidadas. Nada más entrar se da la oportunidad de convertirse en ese compañero de aventuras que «podía con todo», ya fuera un soldado o un pistolero del lejano oeste. En esa sala figura una enorme caja a escala humana, representación de la original en la que venían los muñecos, para fotografiarse dentro.

Después, los expositores hacen el resto. Cada uno, también cubiertos con cajas de cartón, recorren la historia del Madelman y todos sus modelos, desde la serie de Safari a la de los piratas o en el fondo del mar. Incluso puede verse el auge y caída de Industrias Plásticas Madel, padres del muñeco y motor económico de San Martín de la Vega, al sur de la Comunidad de Madrid. De los primeros años y su influencia en los juguetes de medio mundo se pasa a la colección que se hizo para España 82 , donde las piernas de los jugadores eran del modelo de muñeca por no tener suficientes recursos para crear una nueva.

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