Una niña deposita la bolsa de la basura (con briks, latas, envases de plástico) en el contenedor amarillo
Una niña deposita la bolsa de la basura (con briks, latas, envases de plástico) en el contenedor amarillo
DÍA MUNDIAL DEL RECICLAJE

El retorno de los envases no es la solución a los residuos

El sector cuestiona el sistema de retorno que estudia implantar la Comunidad Valenciana

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La Comunidad Valenciana está considerando implantar en su territorio un sistema de recogida de envases cuya efectividad no está resuelta en España y que en los últimos años está siendo cuestionado también en países de nuestro entorno. Se trata del llamado Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR), inspirado en el que hace años existía en España para algunos envases de vidrio -con la salvedad de que se haría a través de una máquina y que los envases no volverían al mercado para reutilizarse sino que se reciclarían; esto es, lo mismo que se hace con todos los envases que se recogen cada año en el contenedor amarillo-. Desde el sector de la gestión de residuos en España no entienden qué beneficios puede tener que surja otro sistema para hacer lo mismo que ya se está haciendo, y creen que detrás podría haber intereses que nada tienen que ver con ganancias ambientales sino comerciales.

Quintana: «La implantación del SDDR en España incrementaría los costes del reciclaje de envases domésticos en un 177%»

La posibilidad de que este sistema de depósito coexistiese en nuestro país con el actual de los contenedores amarillo, azul y verde quedó abierta en la ley de Residuos y Suelos Contaminados, aprobada en julio de 2011, siempre que se demostrara la viabilidad económica, técnica y ambiental del sistema. Desde la Generalitat Valenciana se argumenta que este sistema de depósito aumentaría la tasa de reciclaje de envases domésticos. Sin embargo, los resultados del análisis que la Plataforma Envase y Sociedad ha solicitado a cinco universidades españolas (Politécnica de Madrid, Alcalá de Henares, Pompeu Fabra, Alicante y Las Palmas), revelan que la implantación del SDDR en España incrementaría los costes del reciclaje de envases domésticos en un 177% y solo aumentaría la tasa de reciclaje en un 2,7%.

Datos que han llevado a que «el SDDR haya sido descartado en muchos países e incluso se haya desmantelado en algunos, como en Irlanda, Francia, Reino Unido y Holanda», comenta Juan Quintana, presidente de la citada Plataforma. Además, «en Alemania y Noruega, que siempre se citan como ejemplos cuando se habla de las bondades de ese sistema, no hay datos oficiales que evidencien su eficacia», matiza Quintana.

Además, este sistema no se asemeja al que hace más de 20 años se realizaba en España. «El SDDR no reutiliza los envases (su rellenado y distribución), sino que se reciclan siguiendo el mismo tratamiento que el modelo actual de contenedores», explican desde Ecoembes, sociedad sin ánimo de lucro que desde 1999 gestiona la recogida y reciclaje de los briks, latas y los envases de plástico, papel y cartón.

Ecoembes: «El SDDR desincentiva el reciclaje de otros residuos, ya que solo pone el foco sobre los envases de bebidas»

Los impulsores de ese sistema alternativo creen que el actual sistema tiene sus límites en la voluntariedad y de ahí que se proponga incentivar al consumidor devolviéndole ese depósito que da previamente. «A la opinión pública se le dice que se va a pagar a los ciudadanos por reciclar. La realidad es que se le cobra una cantidad por adelantado al comprar un producto y se le penaliza si no lo devuelve en perfectas condiciones, lo que sirve para financiar el sistema con los depósitos no devueltos», insiste Nieves Rey, directora de Comunicación y Marketing en Ecoembes.

El modelo actual funciona

«Cambiar de modelo ahora sería un error, porque llevaría aparejado un largo proceso hasta que la gente lo ejecute de forma adecuada. El actual, que es igual al que existe en Bélgica, el estado con mayor tasa de reciclaje de Europa, nos está permitiendo, además, mejorar cada año nuestros datos de reciclaje; algo que no ocurre en otros países de nuestro entorno, donde dichas tasas se han estancado», asegura Quintana. Además, «el impacto medioambiental estimado no sería demasiado alto», prosigue el presidente de esta plataforma.

PET reciclado, que luego servirá para fabricar nuevos productos
PET reciclado, que luego servirá para fabricar nuevos productos

Quintana está convencido de que el SDDR desincentiva el reciclaje de otros residuos, ya que solo pone el foco sobre los envases de bebidas; una fracción que no representa ni el 10% del total de residuos de envases domésticos generados en España, muchos de los cuales acaban en los vertederos. «Se corre el riesgo de que el ciudadano priorice aquel residuo por el que ha pagado, como las latas, y deje de lado los envases que no llevan asociado un coste económico que le penalice, como los detergentes», comenta. En este punto también coinciden Ecoembes y la Asociación de Latas de Bebidas, que opinan que este modelo no tiene un objetivo ambiental, sino comercial. En concreto, la venta de máquinas de retorno: «En total, este negocio potencial podría alcanzar más de 450 millones de euros solo en la compra de equipamientos (cada máquina cuesta 20.000 euros y se necesitarían unas 20.000 para ponerlo en marcha en nuestro país)», calculan desde Ecoembes.

La Plataforma Envase y Sociedad, además, entiende que no se han examinado en profundidad los costes extra que generaría la implantación del SDDR, precisamente, en el pequeño comercio. «Alemania, donde el pequeño comercio ha caído un 40% (datos del periodo 2007-2012), no puede ponerse como paradigma para trasladarlo a España, donde el pequeño comercio sí que cumple un papel importante en los municipios rurales y costeros», señala Quintana.

«La tasa de reciclado de envases metálicos en España, que crece cada año, es muy alta, próxima al 90%. Y se acerca ya a los valores que los promotores del SDDR estiman que se alcanzarían con la implantación de este sistema», comenta Miguel Aballe, director de la Asociación Latas de Bebidas.

Aballe: «Carece de sentido recoger por separado el metal de las latas de bebidas»

Desde la Asociación se muestran muy críticos con el SSDR, y a los argumentos sobre su fin comercial y el elevado coste económico que supondría su implantación, añaden que desde el punto de vista tecnológico carece de sentido recoger por separado el metal de las latas de bebidas: se puede recuperar conjuntamente con el de otras latas, como el de conservas, y dedicarse a diferentes usos en función de la demanda del mercado, no solo a la producción de nuevos envases para bebidas, también se pueden emplear en la fabricación de persianas o motores de automóviles.

Alcance limitado

«Un sistema de tan limitado alcance, ya que solo gestionaría los envases de bebidas, no puede ser la solución a la problemática ambiental española», insiste Rey. «Nuestro país debe avanzar en gestionar adecuadamente todos los flujos de residuos. Tenemos graves problemas que resolver relativos al vertido incontrolado, la gestión de la materia orgánica, residuos sin recogida diferenciada… y debemos trabajar en pro de una mejor educación ambiental de los ciudadanos y un avance en sostenibilidad en términos globales y no mercantiles», dicen desde Ecoembes, entidad que lleva muchos años trabajando en promover cambios de hábitos de la sociedad y en acciones dirigidas, sobre todo, a los recicladores del futuro, los niños. Y la mejor forma de fomentar el reciclaje no es gravando al consumidor sino mediante la educación, insiste Rey.

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