Dos orcas con su entrenadora en el parque acuático Marineland (Francia)
Dos orcas con su entrenadora en el parque acuático Marineland (Francia) - AFP

Cetáceos: ¿Por qué Sí/No deben mantenerse en cautividad?

Hablamos con la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios y con una coalición de varias organizaciones animalistas sobre la decisión de SeaWorld de abandonar los programas de reproducción de orcas, así como los espectáculos con éstas

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  1. Reproducción

    Dos orcas con su entrenadora en el parque acuático Marineland (Francia)
    Dos orcas con su entrenadora en el parque acuático Marineland (Francia) - AFP

    SeaWorld, empresa estadounidense que lleva cincuenta años dedicada a la gestión de parques acuáticos, anunció a mediados de marzo que iba a abandonar su programa de reproducción de orcas en cautividad.

    La decisión ha sido recibida con satisfacción por organizaciones como Infozoos y SosDelfines: «Los cetáceos que suelen utilizarse en los delfinarios para atraer al público no son, precisamente, especies en peligro de extinción, por lo que no pensamos, en absoluto, que eliminar su reproducción en cautividad vaya a afectar a la conservación de las orcas», explican sus portavoces Andrea Torres y Míriam Martínez, respectivamente.

    Sin embargo, desde la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios (AIZA), en declaraciones a ABC advierten del impacto negativo que las políticas de no reproducción pueden originar en determinadas poblaciones de animales salvajes.

    «El uso de tratamientos hormonales prolongados en las hembras para evitar que se queden preñadas podría producir trastornos en su sistema endocrino», explican. Se trata, además, de un método no del todo efectivo: «Cabría la posibilidad de embarazos no deseados. Y las consecuencias de provocar un aborto en un cetáceo también perjudicarían a su bienestar».

    AIZA, asimismo, apunta que la separación permanente de machos y hembras podría producir conflictos sociales y estrés en las orcas, que se mantienen en grupos estables, con fuertes vínculos individuales.

    «Dicen (SeaWorld) que renuncian a los programas de inseminación artificial, pero no les quedó más remedio desde que la Comisión Costera de California dejó claro que no permitiría la reproducción de orcas», escribió Paul Watson, el líder de la ONG Sea Shepherd, en su perfil de Facebook, a propósito del anuncio.

  2. Espectáculos

    Orca en mar abierto
    Orca en mar abierto - ABC

    SeaWorld también ha comunicado que en 2019 los espectáculos con orcas que venían realizándose en sus parques cambiarán por completo, adoptando un carácter «informativo», dentro de un entorno «más natural», para difundir un «mensaje medioambiental que inspirará a la gente a actuar», tal como han declarado desde la compañía.

    El entrenamiento permite presentar a los animales al público y facilitar «enormemente» su control veterinario, reconocen desde AIZA. Por ello, cada vez más especies de mamíferos, aves y reptiles están siendo entrenadas en los zoológicos. A día de hoy, se considera un requisito «practicamente» indispensable para garantizar un correcto cuidado en mamíferos marinos, subrayan desde la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios.

    «En cada lugar deciden cuánto tiempo hacen trabajar a los animales; suele variar acorde a la afluencia de público», aseguran desde Infozoos y SosDelfines. Por ejemplo, hay centros en los que los delfines actúan más de dos veces al día, participan en sesiones de fotos, interacciones con visitantes, encuentros VIP e incluso realizan espectáculos junto con nadadoras de sincronizada durante el verano, comentan.

    Este tipo de demostraciones, insisten desde AIZA, si son realizadas de manera adecuada y supervisada por personal especializado (cuidadores, biólogos y veterinarios) suponen un «plus» en cuanto al mantenimiento de la condición física de los cetáceos, en este caso, así como para su «enriquecimiento comportamental y conductual».

    Los animales más pequeños aprenden muchas veces por imitación de los mayores

    «Los animales no son forzados a participar». Se trata, aclaran desde la Asociación, de un proceso «voluntario» donde el entrenador debe ganarse la confianza del animal y mantener su motivación «muy alta» para que quiera participar en las sesiones de entrenamiento. «Si un animal está enfermo no se incluye en la presentación», puntualizan

    Algarabía del krill

    «Los visitantes de SeaWorld aprenden sobre el comportamiento de las orcas en cautividad», comenta Paul Watson. «En la actualidad hay múltiples oportunidades de avistar a las orcas en estado salvaje; y las personas pueden verlas hacer lo que hacen de forma natural: sumergiéndose en el océano, explorando el mar, reuniéndose con otras orcas y rodeadas por el éxtasis de la biodiversidad: la algarabía del krill y las canciones de las jorobadas y otras ballenas», detalla el capitán de Sea Shepherd.

  3. Liberación

    Un entrenador con una orca del Loro Parque, en Tenerife
    Un entrenador con una orca del Loro Parque, en Tenerife - EFE

    La organización Peta (Personas por el Trato Ético de los Animales) ha solicitado a SeaWorld que libere a los ejemplares de orca que alberga en los distintos parques acuáticos que gestiona en Estados Unidos.

    «Cada caso debería estudiarse de forma particular. Se necesita una gran inversión económica además del asesoramiento de expertos» en la reintroducción de animales que han nacido o pasado gran parte de su vida en cautividad, matizan desde Infozoos y SosDelfines. Desde Sea Sheperd, por su parte, proponen la creación de «enormes corrales marinos», tales como fiordos o bahías, donde las orcas puedan «aprender de nuevo a ser libres»: a nadar grandes distancias y a cazar su propio alimento.

    La readaptación de cetáceos criados en cautividad al medio natural no puede considerarse imposible. No obstante, en la actualidad existe muy poca experiencia y la información científica sobre los procedimientos necesarios para conseguir una reintroducción exitosa es muy escasa, aportan desde la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios (AIZA). «El vínculo emocional de estos animales con sus cuidadores llega a ser tremendamente potente, y en muchas ocasiones los animales eligen permanecer al lado de los humanos a pesar de los intentos de reintroducción», explican.

    «Keiko» fue incapaz de vincularse a un grupo social de orcas salvajes y murió a los pocos meses de su liberación

    El único intento de reintroducción de una orca tras más de dos décadas en cautividad fue un «fracaso», a pesar de la «ingente cantidad de dinero y esfuerzo invertidos», prosiguen desde la Asociación. Se refieren a «Keiko», la protagonista de la película «Liberad a Willy», que fue capturada a los dos años de edad en aguas de Islandia y vivió 23 años en distintos acuarios de Islandia, Canadá y México. El animal, que se trasladó de forma temporal a un cerco marino, fue incapaz de vincularse a un grupo social de orcas salvajes y murió a los pocos meses.

    «Si una persona sale de la cárcel y disfruta de su libertad, durante el tiempo que sea, y luego muere como consecuencia de una enfermedad, ¿la causa sería la liberación?», se pregunta Paul Watson. Para la cabeza visible de Sea Shepherd, la orca Keiko sobrevivió sin problemas después de ser liberada y solo la neumonía la apartó de disfrutar del lugar al que pertenecía, el océano.

    50.000 ejemplares de orca

    La única posibilidad de liberar animales que han permanecido durante generaciones en cautividad sería que la población natural estuviera completamente (o al menos localmente) extinta, apuntan desde AIZA. En el caso de las orcas, se estima una población total superior a los 50.000 ejemplares, se congratulan desde la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios.

    «La liberación de ejemplares de una especie no amenazada -matizan-, contravendría la regulación para la introducción de ejemplares que establece la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ya que puede poner en peligro la población natural por transmisión de patógenos resistentes o alterar la genética de las poblaciones naturales».

  4. Investigación

    Escena de la película «Liberad a Willy»
    Escena de la película «Liberad a Willy» - ABC

    En comparación con las especies terrestres, todavía se conoce muy poco sobre la mayoría de los mamíferos marinos. Y de las especies que más información se dispone son aquellas que tradicionalmente han mantenido los zoológicos, explican desde la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios.

    «Los delfinarios llevan años utilizando los programas de reproducción como excusa para hablar de investigación y conservación», responden desde Infozoos y SosDelfines, que consideran «realmente» escaso el impacto que hoy representa el mantenimiento de cetáceos en cautividad en la ciencia. «Desde la primera publicación en Aquatic Mammals, en 1972, ha habido tiempo suficiente para realizar este tipo de proyectos. Pero si buscamos "captive bottlenose dolphin" o "captive orca" en el portal de artículos científicos ScienceDirect, por ejemplo, aparecen tan solo 620 y 323 estudios respectivamente. Y la mayoría, se centra en cómo mejorar la tasa de reproducción o controlar el estrés de los animales», comentan Andrea Torres y Míriam Martínez.

    No opinan del mismo modo desde AIZA, que citan una investigación de Loro Parque (Tenerife) en orcas que ha permitido su aplicación en las orcas del estrecho de Gibraltar (orientada a establecer de qué presas se alimentan). «El Ministerio de Medio Ambiente está a punto de establecer un Área Marina Protegida en el sur de la península Ibérica que utilizará esa información científica para preservar esta población de orcas precisamente, una de las dos poblaciones de la especie que se consideran amenazadas».

    Todo el conocimiento científico sobre la capacidad auditiva de distintas especies de cetáceos y la sensibilidad de diferentes especies a cada una de las frecuencias, prosiguen, se ha obtenido gracias a experimentos en cautividad, imposibles de realizar con animales salvajes, subrayan desde la Asociación. «Esta información va a ser de importancia crítica para proteger a las poblaciones salvajes a medida que el ser humano contamina el mar con ruidos cada vez más intensos y variados», concluyen.

  5. Instalaciones

    Keiko en aguas de Noruega
    Keiko en aguas de Noruega - ABC

    El hecho de vivir en «pequeñas piscinas», sin «enriquecimiento ambiental» y en grupos de «extraños», puede provocar estrés y, en consecuencia, un aumento de la agresividad de las orcas, aseguran desde Infozoos y SosDelfines.

    Tan solo Estados Unidos tiene una normativa que limita las dimensiones de los recintos para mantener orcas en cautividad. Aunque «todas las instalaciones de orcas allí y en Europa exceden ampliamente estos límites», tranquilizan desde AIZA. La Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios también asegura que la propia comunidad de zoológicos con mamíferos acuáticos (European Association of Aquatic Mammals) se autorregula y tiene estrictos protocolos de mantenimiento basados en la información científica y en la experiencia de mantener animales durante años.

    «Ninguna orca en estado salvaje ha matado nunca a un humano», de esta forma tan tajante se expresa Paul Watson. «Sin embargo, en cautividad sí: solo "Tilikum", la orca más famosa de SeaWorld Orlando y protagonista del documental de denuncia "Blackfish", sobre el cautiverio de estos grandes e inteligentes animales, se ha visto involucrada en el fallecimiento de tres personas», asegura el líder de Sea Sheperd.

    Problemas clínicos

    Las portavoces en este caso de Infozoos y SosDelfines, Andrea Torres y Míriam Martínez, sostienen que la cautividad también conduce a las orcas a morder las paredes de cemento o los barrotes de su tanque, bien por aburrimiento o como muestra de agresividad hacia otros animales que se encuentran en cercados anexos. «A través de los dientes rotos o desgastados se crea una vía directa para que los gérmenes entren al sistema sanguíneo, pudiendo alcanzar los órganos y provocar numerosos problemas clínicos», subrayan.

    «No parece razonable que si los cetáceos en cautivdad tuvieran tantos problemas de adaptación como describen las plataformas animalistas su longevidad sea igual (en el caso de las orcas) o incluso mayor (en el caso de los delfines) que la de sus congéneres salvajes», rebaten desde AIZA.

  6. Desde los años 50 del siglo XIX

    Una cría de orca con su madre
    Una cría de orca con su madre - Center for Whale Research

    Los cetáceos forman parte del catálogo de animales con que cuentan los zoológicos desde los años 50, cuando se introdujeron en diferentes centros de Florida (Estados Unidos). El de Barcelona, en 1966, fue el primer zoológico en incorporar cetáceos en España.

    Las especies de cetáceos que albergan los zoológicos españoles son de hábitos costeros, más fáciles de mantener. En nuestro país, pues, se pueden observar en los acuarios delfines mulares (Tursiops truncatus), belugas (Delphinapterus leucas) y orcas (Orcinus orca).

    Por lo general, las especies de cetáceos alojadas en los acuarios o delfinarios no se consideran globalmente amenazadas o en peligro de extinción. Sin embargo, tal y como apuntan desde la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios (AIZA), sirven para sensibilizar y concienciar al público sobre otras especies de cetáceos que sí lo están.

    Variabilidad genética alta

    Las actuales poblaciones de cetáceos de los zoológicos europeos, además, son sostenibles: no dependen de la captura de ejemplares, ya que se reproducen con normalidad y su variabilidad genética es muy alta gracias al coordinado programa de reproducción y conservación de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios, defiende AIZA.

    En Europa, se importaron los últimos delfines del medio natural en 2002

    En otros países, como Japón, China o Rusia, se siguen capturando ejemplares de la naturaleza: «sus comunidades zoológicas no han desarrollado procedimientos de cría en cautividad», continúan desde la Asociación. En Europa, sin embargo, 2002 fue el último año que se importaron delfines del medio natural, y «respetando la normativa» europea y de la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres en cuanto al impacto sobre las poblaciones naturales como en cuanto al método (no cruento).

    «No existe ningún cetáceo en Europa proveniente de esas capturas horribles y crueles que se producen en Taiji (Japón)», concluyen desde la Asociación Ibérica de Zoos y Acuarios.

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