Cambio climático: El volumen de agua disponible en España se ha reducido un 20% en los últimos 25 años

El descenso del caudal en todas las cuencas es tangible; en particular en la del río Segura, con una reducción del 38%, seguida del resto de las cuencas mediterráneas, ha advertido Ecologistas en Acción. La organización presentó sus conclusiones ayer en la XXI Cumbre del Clima de las Naciones Unidas que se está celebrando en París.

«Los resultados de nuestro trabajo son muy preocupantes. La combinación de la reducción de las precipitaciones y la subida de las temperaturas que se está produciendo ha generado una reducción media del volumen de agua que va a parar a los cauces de más del 20% en tan solo 25 años en España», aseguran desde la institución ecologista.

Todo ello, en opinión de Ecologistas en Acción, conduce «necesariamente a un auténtico colapso hídrico de gravísimas consecuencias medioambientales, sociales y económicas».

El análisis hecho público también apunta a un aumento de la demanda asociado a los planes hidrológicos recientemente aprobados, que estiman un incremento neto del consumo para los próximos años del 10%, debido, sobre todo, al aumento previsto en la superficie de regadío.

«Dado que más del 80% del consumo de agua en España se lo llevan los cultivos de regadío, para poder recuperar un cierto reequilibrio hídrico, sería necesario no solo no crear nuevos regadíos, sino reducir la superficie existente de los más de cuatro millones de hectáreas, a un máximo de tres millones de hectáreas», añaden, recoge el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

La organización ecologista ha alertado, al mismo tiempo, sobre el riesgo de inundaciones, que se incrementará en el futuro. «Las avenidas repentinas provocadas por precipitaciones intensas serán probablemente más frecuentes en toda Europa, en especial en el sur del continente, donde se sitúa la península Ibérica, donde estas avenidas repentinas podrían incrementarse un 70% al final de siglo», recalcan.

Ecologistas en Acción propone recuperar meandros y bosques de ribera para disipar la energía de las crecidas, así como eliminar diques y motas para facilitar desbordamientos suaves que impidan episodios graves de inundación, entre otras medidas de prevención y conservación.