Las tres monturas de los Reyes Magos

Camello

El Rey Mago Melchor se presentó en el portal de Belén con oro y a lomos de un camello.

El camello Bactriano (Camelus bactrianus) posee dos jorobas y no una, como el dromedario. Estos curiosos acúmulos de grasa le resultan muy útiles cuando no dispone de agua y alimento suficiente. Aunque los camellos son mamíferos excepcionalmente resistentes; en invierno, por ejemplo, pueden pasar entre cinco y ocho días sin beber (e incluso cuatro días sin comer).

En invierno también lucen un pelaje espeso y largo. Pero en verano, en cambio, éste se le cae a jirones.

El camello, a diferencia del dromedario, soporta a la perfección los climas fríos; de ahí que habite las áreas montañosas de Asia central. También se le puede ver en zonas de Mongolia e Irán, donde es muy apreciado como animal doméstico, apuntan desde el zoo de Madrid.

Las hembras tienen el celo durante los primeros meses del año, si bien transcurre más de un año hasta que da a luz a una cría.

Los ejemplares adultos suelen alcanzar los 600-1.000 kilos de peso. Y un tamaño de 1,80-2 metros de altura.

El estado de conservación del camello Bactriano es «En Peligro Crítico» de extinción.

Por último, como curiosidad, desde el Zoo Aquarium de Madrid apuntan que «el camello asiático es una de las dos especies de la familia que aún se pueden encontrar en Europa».

Caballo

El Rey Mago Gaspar se presentó en el portal de Belén, por su parte, con incienso y a lomos de un caballo.

«El Árabe es el caballo de raza pura más antigua del mundo, y su sangre corre con fuerza en la gran mayoría de las razas modernas de caballo y pony», aseguran desde Asociación Española de Criadores de Caballos Árabes (AECCA), que citan, a su vez, al experto Peter Upton.

Son animales muy «inteligentes», «vigorosos», «dóciles» y «nobles», debido, en parte, reconocen desde AECCA, «a su larga convivencia con el hombre, tanto en tiempos de guerra como de paz». La raza Árabe también tiene fama por su valor, su fuerte constitución y su gran resistencia.

El pelo del caballo árabe es muy fino y sedoso. Así como su piel: «La finura de la piel es tal que se ven los vasos sanguíneos a través de ella», explican. Y su tacto es aterciopelado.

No es un defecto que el caballo lleve la cola desplazada ligeramente hacia un lado. Cuando está en movimiento, eso sí, lleva la cola y cabeza en alto.

Los Árabes suelen medir de alzada entre 1,48-1,58 metros a la cruz, aunque pueden ser más grandes o más pequeños.

Elefante

El Rey Mago Baltasar se presentó en el portal de Belén, por último, con incienso y sobre un elefante.

El elefante asiático (Elephas maximus) se distingue a simple vista de su pariente africano, dado que es algo más pequeño. Los ejemplares adultos pueden alcanzar los 6.000 kilos de peso. Y su tamaño oscila entre los 2-3,5 metros de altura.

«Su frente es más abombada, las orejas más redondas y pequeñas, el lomo más arqueado y la trompa, que termina en un solo labio y no en dos, más lisa», añaden desde el Zoo Aquarium de Madrid.

Al nacer, el elefante asiático presenta una gran capa de pelo negro que irá perdiendo poco a poco.

En la actualidad, su población se distribuye por Sri Lanka, sur y noreste de la India, Bangladesh, Indochina, Malaca, Sumatra y parte de Borneo. Su estado de conservación es «En Peligro» de extinción.

Los elefantes asiáticos viven en manadas dirigidas por una matriarca, sus crías -cuyo período de lactancia puede prolongarse durante cinco años- y a menudo un par de machos (uno viejo y, en ocasiones, otro joven).

Una de las mayores intrigas que rodean al elefante asiático, subrayan desde el Zoo Aquarium de Madrid, es el «must», como llaman en India a una enfermedad que ataca a los machos: «Una especie de locura transitoria que convierte al animal en un ejemplar peligroso durante algunas semanas».