OCIO EN VERDE

Zaragoza florece regada de sostenibilidad y arte

Natalia Chueca, consejera de Servicios Públicos y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, conversa con una asociacion de mujeres que realiza centros florales para apoyar a colectivos vulnerables Señor Wom

Charo Barroso

Durante cuatro días, la capital de Aragón ha sido el epicentro de la primavera con la celebración de la segunda edición de #Zaragoza Florece, un evento que potencia la cultura orgánica, el valor de la sostenibilidad, del entorno natural y la humanización de las ciudades. Un evento urbano en uno de los pulmones de la ciudad, el Parque Grande José Antonio Labordeta, de 45 hectáreas, donde monumentos, rincones y fuentes se han convertido en jardines de película gracias a maestros floristas de reconocimiento nacional e internacional como Carles J. Fontanillas, Rosa Valls, Myriam Aznar, Sefa Tur o Carlos Curbelo, además de contar con la colaboración de Guillermo Laso y la Asociación de Floristas de Aragón.

Después de cruzar la primera de las creaciones «Puertas de la Primavera» de Myriam Aznar, se accede a #Zaragoza Florece, donde además de admirar las creaciones de estos autores podemos recorrer una calle con una treinta de puestos de flores llenos de colorido y de originales variedades, zonas de demostraciones, talleres, zona picnic, food trucks… que reciben a los visitantes.

«Cada uno de los arcos lleva 140 amarillys, más de 50 hortensias, 80 dalias, 90 gerberas… «, explica una de las mejores floristas de España, Rosa Valls, bajo su creación «Sueño Floral», tres arcos con diferentes tonalidades donde los no paran de hacerse selfies. «Quería que las personas que vinieran tuvieran un lugar donde sumergirse entre las flores y donde pudieran captar el momento sintiéndose entre las flores» comenta. De familia florista, hace quince años que dirige una escuela de Formación en Barcelona para descubrir a profesionales e iniciados este mundo de colores y olores.

Quiosco de la Música creación de Carles J. Fontanillas Señor Wom

En una de las obras más destacadas del modernismo zaragozano, el Quiosco de la Música, Carles J. Fontanillas enseña su creación «Lluvia de colores» que se centra en la alegría, el romanticismo y la sensibilidad musical con una cascada de color que ha cobijado a algunos de los artistas que han actuado durante estos días. Enumera las variedades de flores que ha utilizado aunando el concepto de cirularidad. Hay gloriosas, sandersonia, crisantemos, plantas trepadoras como jazmines, buganvillas, diplademias, y otras de temporada como dimorfotecas, calibrachoas… todas ellas son plantas nacionales que, eso sí, pueden tener su origen en otros países», señala. Actual campeón de la Copa de España de Arte Floral, Fontanillas nació entre las flores: en 1925 sus abuelos maternos abrieron la primera floristería en Sant Celoni (Barcelona) y lleva desde los 17 años formándose en el sector y es fundador del proyecto FLOOS, la primera librería on line de recetas florales para que los floristas se inspiren y practiquen. Tanto él como Rosa coinciden en afirmar que se trata de un trabajo vocacional en el que es importante transmitir más conocimiento sobre el mundo de las flores, y consideran que lo más bonito de su trabajo es «poder transmitir y recoger emociones a través de las flores».

La creación de Rosa Valls ha estado muy solicitada para selfies y fotografías CH. B.

Acción medioambiental

«Las flores protagonizan una llamada a la acción medioambiental. Las exposiciones y demostraciones en directo de floristas con reconocimiento nacional e internacional en diferentes zonas del parque aúnan arte y sostenibilidad», señala Natalia Chueca, Consejera de Servicios Públicos y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza.

En esta segunda edición se ha incrementado el número de flores utilizadas, que han llegado a las 65.000 y una vez acabado el evento, todas aquellas que se encuentran en buenas condiciones se reutilizan: «la flor cortada se entrega a centros sociales, las que se pueden plantar se incorporan a los jardines de la ciudad y las que no se pueden reutilizar se utilizan para compost», señala Natalia Chueca al tiempo que conversa con algunos de los vendedores de los puestos de flores que conforman el «Mercado de las Flores», como un grupo de señoras (algunas con más de 80 años) quienes desde la Sociedad San Vicente de Paul realizan creaciones florales de manera altruista y con cuya venta apoyan causas sociales.

Otro de los muchos puestos que se han concentrado en una de las avenidas del parque, Gálvez Floristas, lleva desde 1970 aportando colorido a la ciudad maña. Su dueño, Rubén Cebollero, es el presidente de la Asociación de Floristas de Aragón, quien celebra la iniciativa. «La gran diferencia con otros eventos similares con flores es que Zaragoza Florece ofrece un concepto único al aunar música, cultura y arte floral que es algo efímero» , señala Cebollero, quien precisa que el sector ha ido dando grandes pasos hacia la sostenibilidad: «Hasta hace poco era inconcebible no poner papel celofán para envolver un ramo, ahora se utilizan materiales más sostenibles o naturales como papel o los lazos de rafia.

Otra de las grandes apuestas en el Parque José Antonio Labordeta ha sido la r ecuperación de la antigua Rosaleda de 1940, realizada por la una de las grandes especialistas mundiales en rosas, Matilde Ferrer. Además de eliminar barreras arquitectónicas se ha implantado un circuito seguro con baldosas táctiles, rampas de acceso, accesibilidad a parterres… para facilitar el acceso a las personas con algún tipo de discapacidad. «Hay más de 80 variedades distribuidas en ocho parterres que cuentan con información y códigos QR y se ha previsto un diseño para facilitar el mantenimiento y el desarrollo de los rosales y las praderas de parterres . Cada uno de ellos tiene un color diferente de floración, blanco, amarillo, naranja, rosa… Lo que la convierte en la única Rosaleda del mundo clasificada por colores», puntualiza Natalia Chueca.

En Nómada Street Food, Vanesa Blanco coloca las flores al cóctel que han elaborado para el evento CH.B.

Pero las flores, además de olerse, se han podido comer y beber. En formato comestible, como decoración o imitando sus formas han estado presentes en 49 establecimientos de la ciudad. Uno de ellos ha sido Nómada Street Food, donde sorprenden con un delicioso y fresco cóctel de bienvenida: ron, maracuyá, lima, granadina, algún toque secreto y pétalos de pensamiento. «Hemos elaborado esta combinación y elegido esta flor porque queremos que sean los pensamientos los que trasladen a cada persona a un lugar al que les gustaría viajar o que recuerden de manera especial», explica Vanesa Blanco, mientras trae algunos de los platos insignia de la casa: langostinos en tempura, maki crep de pato confitado, huevos nómadas o albóndigas con especias adornadas con pensamientos para adivinar en qué país se han inspirado. Después de una cena así, nada como descansar en el Hotel Avenida, en pleno centro de la ciudad, junto al histórico Mercado y a un paso de la basílica del Pilar.

Mientras, Zaragoza Florece cierra sus puertas a la espera de una ya deseada tercera edición en la que todos los floristas han expresado su deseo de volver a coincidir.

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