CONSERVACIÓN

España, referencia mundial en protección natural

La Red Natura 2000 genera casi 600.000 empleos y produce rentabilidad económica y beneficio social

Cañones del Sil en Ribeira Sacra Rafael Abuín

Charo Barroso

España ocupa, con 53 sitios, el primer lugar mundial en Reservas de Biosfera, el segundo en Geoparques con un total de 15 y el tercero en Humedales de Importancia Internacional bajo la convención Ramsar. Hay declarados 16 parques nacionales, 152 parques naturales y más de 1.800 espacios legalmente protegidos bajo la Red Natura 2000. Lo que se traduce en que el 36,2% de la superficie terrestre y el 12,3% de la superficie marina del país está protegida . Unas cifras que la convierten en un referente en conservación de la biosfera y protección de la diversidad biológica. Así lo señala el « Anuario del estado de las áreas protegidas», elaborado por Europarc donde, además, se recogen experiencias demostrativas del p apel que están jugando estos espacios como herramientas para contribuir a la salud de las personas, para afrontar el cambio climático y promover la educación ambiental.

«En estos momentos de crisis sistémica, es crucial reconocer el papel que juegan los espacios naturales no sólo para la conservación de la biodiversidad, sino para el bienestar del conjunto de la sociedad. Por ello, es fundamental asegurar su gestión adaptativa y eficiente, con medios materiales, económicos y humanos adecuados a los nuevos reto», señala Marta Múgica, directora técnica de Europarc España.

Grandes beneficios

Estudios recientes señalan que los réditos (en términos económicos y de empleo) de la Red Natura 2000 en España son 7,5 veces mayores que los costes estimados para su mantenimiento, generando unos 187.000 empleos directos y 402.000 indirectos. «En términos generales la conservación de la naturaleza se produce en espacios rurales que no tienen otras oportunidades de desarrollo económico. No es solo una cuestión cuantitativa, sino cualitativa. L os espacios protegidos generan actividad que permite, por un lado, vivir a las familias rurales y, por otro, el disfrute de las urbanitas. No podemos considerarlos como islas, sino que hay que tener una visión integral y sostenible de todo el territorio», explica Múgica, quien reconoce que aunque se ha avanzado mucho en los últimos años en la elaboración de planes de gestión, la gran asignatura pendiente sigue siendo la evaluación . «No hay solo que declarar, sino mejorar la gobernanza. Declarar es solo el primer paso, luego hay que añadir una gestión eficaz, con planificación, dotación de recursos materiales, económicos y humanos, evaluación, comunicación, participación y transferencia de conocimiento. A nivel global, solo en el 18% de los territorios se evalúa la gestión», puntualiza esta experta.

El informe también arroja datos positivos como que el 93% de los parques nacionales tiene un Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), el 88% en el caso de los parques naturales. El 80% de los espacios de la Red Natura 2000 ya tienen aprobados sus planes de gestión. Pero también señala que si se atiende a la valoración que hace la UE cada seis años del estado de conservación de los hábitats y especies, señala que la protección del territorio no garantiza su correcta conservación. Así, tan solo el 9% de los hábitats tiene un estado favorable, un 54 % lo tiene inadecuado, un 17% desfavorable y el 18% se desconoce. En cuanto a las especies de interés comunitario el 19% tiene un estado favorable de conservación, un 40% inadecuado, un 26% desfavorable y se desconoce el estado del 10%.

Las áreas protegidas son herramientas estratégicas para abordar los efectos indeseados del cambio global . Por ello, los objetivos de conservación de las áreas protegidas, basados en el mantenimiento de los ecosistemas en buen estado, con una alta resiliencia, capaces de suministrar servicios para el bienestar humano, se alinean con las estrategias de adaptación al cambio climático.

El informe también señala la aportación que realizan al bienestar de la sociedad y puntualiza que la pandemia del Covid-19 ha puesto de manifiesto las conexiones entre el bienestar humano y el acceso a los espacios naturales. Asimismo, considera que el cambio en la dinámica de la afluencia de visitantes (saturación en unos lugares o ausencia de visitantes en otros) es una oportunidad para revisar los nuevos retos para la gestión del uso público. También se reconoce su papel en la educación ambiental -las primeras actividades en espacios protegidos tuvieron lugar en la década de los setenta en el Parque Natural del Montseny- aportando elementos que ayudan a las personas que disfrutan de su experiencia en un área protegida a relacionar la conservación de la naturaleza con los problemas ambientales , sociales y económicos que vivimos.

Poco valorados

A pesar de estos datos y las numerosas ventajas que ofrecen estos espacios, « la sociedad española no termina de valorar su importancia o de sentir orgullo por nuestro liderazgo global y tampoco considera la necesidad de invertir en su cuidado y mantenimiento», reconoce Ignacio Jiménez, coordinador del programa Espacios Protegidos de Fundación Global Nature, para quien esto se traduce en que «la inversión pública en nuestros espacios naturales haya disminuido sustancialmente en los últimos años».

Por todo ello, Europarc España, junto a la la Fundación Global Nature y la Asociación de Ecoturismo de España han puesto en marcha la campaña «Nuestros Espacios Protegidos» con el objetivo de revalorizar el trabajo de cuidado y mantenimiento de las áreas naturales; reconocer la importancia para el conjunto de la sociedad del patrimonio natural y cultural de estas zonas -esenciales para la biodiversidad y la mitigación del cambio climático-, y retratar la cotidianidad de quienes viven y trabajan en estos espacios, contribuyendo a su vez al desarrollo socio-económico de los territorios. Así, a través de «Vidas Protegidas» nos acerca a muy diferentes protagonistas que desarrollan su vida o tienen un estrecho vínculo con un espacio protegido y que lo gestionan con su actividad.

«Los espacios naturales protegidos son indispensables dentro de las políticas ambientales, sociales y económicas de cualquier país. Estos espacios actúan como herramientas esenciales de conservación de nuestro patrimonio natural y cultural, ofrecen numerosas oportunidades de empleo y negocios, generan espacios de ocio, entretenimiento, promueven nuestra salud física y mental, juegan un papel crucial en la producción, depuración y almacenamiento del agua, reducen el impacto del cambio climático, y sirven como espacios científicos y educativos de primer orden. Queremos que los ciudadanos sean conscientes de que somos una potencia en espacios naturales protegidos, y de que el patrimonio natural forma parte de nuestra historia, cultura y forma de vida», sentencia Jiménez.

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