Se celebra cada 22 de septiembre
Se celebra cada 22 de septiembre - WORLD RHINO DAY
DÍA MUNDIAL DEL RINOCERONTE

El difícil reto de que haya «¡Cinco especies de rinoceronte para siempre!»

Los científicos ya alertaron a principios de año que 2015 podría sumar nuevos animales a la lista de extintos: este gran mamífero que habita en Asia y África puede ser uno de ellos

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Hoy, 22 de septiembre, se celebra el Día Mundial del Rinoceronte en muchos puntos de distintos países del Globo. La iniciativa, puesta en marcha por la delegación sudafricana de la organización internacional WWF en 2010, cada vez tiene más peso en la sociedad. Y no lo decimos porque estos grandes mamíferos alcancen sin problemas los 3.000 kilos (al menos, los ejemplares de las especies más grandes de rinoceronte). Hay cinco especies reconocibles en los bosques y sabanas de Asia y África. Un número que ha sido escogido como lema este año: «¡Cinco especies de rinoceronte para siempre!». El objetivo está claro. Pero se trata de un reto complicado si no se toman medidas de conservación adecuadas con carácter urgentes.

Así lo advertían los científicos la semana pasada a propósito del Rinoceronte de Sumatra. «Todavía pueden salvarse en su medio natural si se asegura la protección de cinco áreas específicas» dentro de esta gran isla del sureste asiático que pertenece a Indonesia.

Hace veinte años se pensó que el Rinoceronte de Java se había extinguido en Vietnam hasta que, en 1988, se descubrió una pequeña población en las remotas selvas de Cat Tien. No obstante, la protección «ineficiente» de la zona ha permitido la caza indiscriminada de estos animales hasta llevarlos a su completa desaparición en dicho país en 2010, cuando murió el último ejemplar silvestre del que se tenía constancia. Ese hito, marcaba, según WWF, el penúltimo capítulo de una especie de la que, en origen, existían tres subespecies: la más abundante Rhinoceros sondaicus sondaicus vive aún en el Parque Nacional de Ujung Kulon (Indonesia), aunque cuenta con menos de medio centenar de efectivos; la que vivía en Bengala, Assam y Myanmar (Rhinoceros sondicus inermis), ya extinta; y la que habitaba en Laos, Camboya, Tailandia y Vietnam (Rhinoceros sondaicus annamiticus), que confirmó hace tres años su desaparición en el medio natural.

En Madrid, en Zoo Aquarium de la capital, por ejemplo, se pueden contemplar ejemplares de Rinoceronte indio, del que apenas quedan 2.000 individuos muy diseminados. Se trata de un mamífero de gran tamaño: puede medir más de tres metros de longitud y superar las dos toneladas de peso. Su piel, muy gruesa y de pliegues profundos, le confiere aspecto de animal «acorazado» y torpe. Sin embargo, este rinoceronte puede correr más de 50 km/h en tramos cortos. Como otros primos hermanos suyos, es un animal bastante solitario. Aunque en época de apareamiento y de cría no duda en buscar compañía y luchar contra otros machos por la hembra de sus sueños valiéndose de su afilado colmillo incisivo.

El parque zoológico madrileño también cobija al Rinoceronte blanco: el segundo mamífero terrestre más grande del planeta; capaz de galopar a gran velocidad y girar en plena carrera. Posee buen oído y olfato, pero mala vista. Y «blanco» procede de la palabra «wyt» («blanco», en afrikaans, que significa «ancho» y se refiere al tamaño de sus labios y boca). Machos y hembras son prácticamente iguales, aunque ellas tienen cuernos más largos y delgados.

Por último, el Rinoceronte negro luce dos cuernos, de los cuales el primero es más prominente. Éstos crecen hasta ocho centímetros al año. Las hembras los usan para proteger a sus crías, mientras que los machos los emplean para atacar a sus rivales.

Los furtivos, precisamente, son los más interesados en los cuernos de los rinocerontes. Abaten a los animales con nocturnidad y alevosía para arrebatárselos. No son cuernos en sentido extricto, sino pelo compactado que les crece desde el cráneo. Pero a los habitantes de muchos puntos del sudeste asiático les encanta demandar productos elaborados con cuerno de rinoceronte o el apéndice entero para combatir distintas enfermedades o la impotencia sexual y para decorar sus casas. Solo en Sudáfrica, país donde surgió la iniciativa del Día Mundial del Rinoceronte que hoy celebramos, el Ministerio de Medio Ambiente hizo público que 1.215 ejemplares fueron víctimas del furtivismo en 2014.

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