Cuidado con los aguaceros y las ruedas en mal estado

Las primeras lluvias otoñales disparan la peligrosidad de la conducción, incrementando las distancias de frenado en toda clase de asfaltos hasta en un 40 por ciento.

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Las primeras gotas del otoño sobre el asfalto de las carreteras dificulta la circulación, sobre todo en la vertiente mediterránea, los Pirineos catalanes y aragoneses, Castilla-León, Comunidad de Madrid, Castilla La Mancha y Baleares.

Las distancias de frenado se alargan hasta un 40% y la dirección pierde hasta un 75% de eficacia cuando la grasa y la suciedad del asfalto se mezclan con el agua de las tormentas. Estos fenómenos dispara los riesgos para la conducción, como el aquaplaning.

Grupo Andrés recuerda cinco recomendaciones para superar chaparrones intempestivos al volante:

- Reducir la velocidad: la adherencia al asfalto cae en picado durante los aguaceros. Disminuir el ritmo de marcha de modo progresivo, activar el alumbrado, especialmente el antiniebla posterior, y accionar los limpiaparabrisas al máximo.

No parar en medio de la vía y buscar el arcén si la visibilidad es mínima y no se logra continuar con confianza.

- Usar neumáticos con buena profundidad de dibujo e inflados correctamente: las gomas desgastadas son especialmente peligrosas sobre asfalto mojado. El límite legal es de 1,6 mm de profundidad de dibujo, pero deben cambiarse antes de llegar a ese extremo. Algunas marcas equipan indicadores de agarre óptimo en agua a 2,3 mm, por lo que orientan sobre la oportunidad de cambiarlos de cara a la temporada de lluvias.

- Conducir por el centro de la calzada: todas las vías circulatorias tienen la curvatura necesaria para evacuar la mayor cantidad de agua posible. El eje central longitudinal ofrece el máximo nivel de adherencia. Hay que evitar los flancos.

- Ojo al embrague: en un coche con cambio manual, sobre vías encharcadas se debe 'jugar' con el embrague, llevando el motor alto de vueltas y pisando el embrague ligeramente para modular el avance. El motor revolucionado asegura un buen caudal de potencia para sortear obstáculos, evitando detenciones intempestivas.

- El pie en el acelerador: si el coche se adentra en un gran charco no hay que levantar el pie del acelerador. Manteniendo el motor en funcionamiento se evitan percances serios y caros de solucionar, pues el agua no entrará por el escape.

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