Las salas de conciertos de Madrid, en huelga

Hoy, todas las salas de conciertos de Madrid estarán cerradas con un cartel en la puerta: «Cerrado por el IVA». Las tiendas de discos no abrirán, las plataformas de streaming apenas registrarán tráfico, y así será en todo el país. Serán los efectos de la jornada de protesta contra el «ivazo» cultural, promovida por diversas asociaciones de la industria de la música, llamada «20 de mayo. Día sin Música».

La 220.000 firmas que apoyan la petición para exigir un IVA cultural al 4 por ciento (lanzada en change.org) serán entregadas en el registro del Congreso de los Diputados a las 10:30h., y media hora más tarde comenzará una concentración pacífica en la céntrica plaza de Cánovas del Castillo (Neptuno).

El apoyo de las estrellas

Desde que Joan Manuel Serrat se pronunciase a favor de la protesta, cambiando su concierto previsto para hoy en el Barclaycard Center de Madrid (que de todas formas no se hubiera podido celebrar por su laringitis), han sido muchos los artistas nacionales que se han comprometido significativamente, el último ejemplo ha sido el cantante sevillano José Francisco Labandón, conocido como El Arrebato, que ha decidió posponer su concierto programado en Alicante este mismo 20 de mayo, que celebrará finalmente el miércoles 10 de junio.

Muchísimos otros artistas se han sumado a la iniciativa fotografiándose con la boca tapada con el logo de la protesta (un altavoz on la señal de silencio), como Amaia Montero, Ana Torroja, Aute, Camela, Celtas Cortos, Leiva, Paula Rojo, Pablo Moro, Rosendo, Rozalén, Los Secretos, Chenoa, Sergio Makaroff o Tomasito (la lista es interminable).

Según los cálculos de la industria de la música en vivo, desde que hace dos años el tipo impositivo que grava los conciertos subiera drásticamente del 8 al 21 por ciento, se ha perdido un 30 por ciento de asistentes a los conciertos. Además, utilizando datos del propio Gobierno, el mundo de la cultura ha perdido entre 40.000 y 50.000 puestos de trabajo.

Con el obligado pago adicional del 10 por ciento en concepto de impuestos para autores, el margen para los empresarios es tan exiguo que les deja en una situación de inferioridad para competir en el mercado internacional de contrataciones con países vecinos como Francia, «donde se paga cuatro veces menos de IVA».