Rastreo del terreno del sospechoso situado en un pueblo de Toledo al que este llamaba «mi finca grande»
Rastreo del terreno del sospechoso situado en un pueblo de Toledo al que este llamaba «mi finca grande» - isabel permuy

La Guardia Civil revisa el suicidio del primo del casero de Majadahonda

El juez, además, no descarta que Bruno agrediera sexualmente a la inquilina desaparecida. En el garaje del chalé se encontraron dos preservativos, uno abierto y otro cerrado

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La Guardia Civil investiga el suicidio del hijo de la dueña del chalé de Majadahonda por si el sospechoso pudiera estar detrás de él. Así lo ha podido saber ABC. Con ello, pretenden no dejar ningún cabo suelto en las pesquisas que realizan para esclarecer la desaparición de la tía del casero, Liria Hernández, de la que nada se sabe desde 2011.

La muerte de su único hijo, ocurrida en fechas previas, la sumió en una grave depresión. Luego le habría cedido el usufructo de la casa al detenido, su sobrino Bruno, cuya firma están analizando los calígrafos para ver si la falsificó. Tras poner en venta la casa, Liria se esfumó. Él dijo que la ingresó en una residencia de Ávila, se dedicó a gestionar los alquileres y adquirió un terreno rústico en Santa Cruz de la Zarza (Toledo).

Figuraba en su navegador como «mi finca grande».

Las fechas coinciden y tanto los encargados del caso como el juez creen que la tía del casero pudo correr la misma suerte que su inquilina Adriana Gioiosa.

También rastrean si el dinero con el que adquirió esa propiedad pudo proceder de las cuentas que su tía tenía, algunas de las cuales fueron vaciadas y canceladas, salvo en la que le ingresan la pensión y le descuentan pagos domiciliados.

Joyas ensangrentadas en un guante

El juez, en los autos de registro e ingreso en prisión del encarcelado por la desaparición de Adriana, subraya que fue la última persona que vio con vida a ambas mujeres. En el caso de su arrendataria, además de detención ilegal, secuestro y posible homicidio, no descarta la agresión sexual, ya que en el garaje del chalé se hallaron dos condones, uno cerrado y otro abierto, si bien el juez no precisa si fue usado.

Ahí hallaron un maletín con media docena de cuchillos de cocina, de caza y hachas, así como varias piezas de la trituradora, entre ellas, la cuchilla y la rejilla. La máquina contenía restos «de sangre y posibles restos de carne y óseos», indican los autos. El cuarto de ella estaba revuelto y su maleta se encontraba en una zona común del chalé donde recogieron restos biológicos. Los primeros análisis confirmaron que en un 99,9999% se corresponden con la víctima.

En el piso paterno de Bruno (Móstoles) hallaron un guante de látex con joyas ensangrentadas y el pasaporte de Adriana, así como otros documentos personales y las llaves de su coche, aparcado en la zona.

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