Fachada del colegio Tomé y Orgaz, en Casarrubuelos
Fachada del colegio Tomé y Orgaz, en Casarrubuelos - ángel de antonio
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Los «sms» vejatorios de los profesores contra unos alumnos de Madrid

«¿Cómo se llama el niño guarro que está siempre castigado en el recreo?», aparece en un Whatsapp del colegio de Casarrubuelos

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El próximo lunes, Nieves C. ya no ejercerá como directora del colegio «Tomé y Orgaz», el único centro público de Educación Infantil y Primaria del municipio de Casarrubuelos. La Consejería de Educación ha decidido suspenderla cautelarmente por los mensajes de «whatsapp» vertidos en un chat que compartía con otros profesores y que, según la inspección educativa, son «vejatorios», «denigrantes» e «improcedentes» hacia los alumnos e, incluso, hacia las familias de éstos.

Los mensajes, que se buzonearon el pasado Jueves Santo por toda la localidad han aumentado el malestar de los vecinos. Ya se venía sospechando una inadecuada actuación por parte de algunos miembros del equipo docente del «Tomé y Orgaz» pero al concocerse los términos y las expresiones, las familias se echaron las manos a la cabeza.

El alcalde, Juan José Huélamo, ya lo había denunciado la pasada semana ante la Guardia Civil.

Entre esos mensajes que la inspección educativa califica de «vejatorios» y por los que el Gobierno regional ha tomado medidas de inmediato, se encuentran los siguientes. «¿Cómo se llama el niño guarro que está siempre castigado en el recreo?». O el de «Si no quieren ver k tienen hijos subnormales... no es mi business». Y también: «Más vale una hostia a tiempo que cien lecciones de pedagogía».

En ese chat participaron once docentes. La directora ha resultado expedientada y suspendida de su cargo;la jefa de estudios y otros cinco profesores, con sendos expediente disciplinarios, según recomienda la Inspección Educativa de la Dirección General del Área Territorial Sur.

Los profesores, y la directora, también empleaban frases «improcedentes» y «denigrantes» para referirse, supuestamente, a familiares de los alumnos y a vecinos del municipio. Por ejemplo: «La B podría estar embarazada de nuevo ... ja ja ja», o un «Es tonta... más que un bocao en la polla» en referencia, al parecer, a otra profesora del centro. Y, como remate, «ningún moro es bueno» o el hecho de llamar «hijos de puta» presumiblemente a los inmigrantes marroquíes.

El chat, según ha podido saber esta periódico, se inició en enero. En principio, era algo normal, para mantener concectado al equipo docente y que pudieran intercambiar opiniones sobre su profesión. Esa especie de «herramienta» de trabajo se fue desvirtuando. De hecho, un profesor que ya no está en el centro, interpuso una demanda por acoso laboral ante la dirección del colegio antes de irse del «Tomé y Orgaz» en comisión de servicios en otra localidad.

Lo que parecía una conducta camuflada y por pocos conocida pasó a ser un asunto de dominio público el pasado Jueves Santo. Ese día, los 3.300 habitantes de esta localidad del sur madrileño se encontraron que alguien, de forma anónima, había dejado en sus buzones un panfleto con los «whatsapp» vejatorios. La Consejería de Educación envió a sus inspectores el pasado lunes. El proceso ha sido rápido y contundente.

Así, los inspectores proponen, como se ha hecho, la apertura de expediente disciplinario y la suspensión cautelar de sus funciones para la directora del centro. Expedientes disciplinarios también para 6 de los 11 profesores que participaron en las conversaciones, entre ellos, la jefa de estudios. Tres de los docentes ya no ejercen aquí.

La investigación considera que directora –que administraba el chat–, «en ningún caso debió permitir que se vertieran ese tipo de comentarios» por parte del personal docente. Los inspectores educativos, en su informe, aseguran que tales hechos «podrían considerarse como una vulneración» del Estatuto Básico del Empleado Público, y del real decreto 33/1986 que regula el Régimen Disciplinario de los Funcionarios de la Administración del Estado. Por posible vulneración de los derechos del menor, el caso también se traslada a la Fiscalía de Menores.

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