Federico Morán posa para ABC en los jardines del Colegio Mayor Guadalupe
Federico Morán posa para ABC en los jardines del Colegio Mayor Guadalupe - Óscar del POZO
Elecciones en la Complutense

Federico Morán: «En la Universidad no puede gobernar el sectarismo»

El hasta ahora número 3 del ministro Wert opta al Rectorado de la Complutense para «devolverle su prestigio» y para «contar con todo el talento»

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Lo habitual es dejar la Universidad para saltar a un alto puesto en el Gobierno de la Nación. Federico Morán ha hecho lo contrario. Ha cesado como secretario general de Universidades en el Ministerio de Educación y opta al Rectorado de la Universidad Complutense (UCM). Las elecciones, en mayo.

En realidad, Morán, que era el número 3 del ministro Wert, nunca ha perdido el contacto con la Universidad española. La ha gestionado. Ahora quiere regresar, como rector, a la suya. En círculos de la Complutense se dice que lleva muchas papeletas para ganar.

—¿Es usted el candidato oficial?

—¿De quién? No. Lo que quiero ser es el candidato ganador. Es evidente que acabo de dejar de ser secretario general de Universidades.

Y el Gobierno está soportado por la mayoría parlamentaria del PP. Mi perfil es centro-conservador pero he estado en el Gobierno no por mi ideología, la que sea, sino porque siempre he pertenecido a la Universidad. Y me he ganado más amigos que enemigos entre las universidades, sindicatos, colegios profesionales, empresarios, estudiantes...

—¿Hay que devolver a la Complutense su prestigio?

—Hay que recuperarlo. Antes, cuando se hablaba de la Universidad española, la referencia era la Complutense. Era el buque insignia. Ahora, muchos estudiantes se van a otras públicas de Madrid, como la Carlos III o la Rey Juan Carlos, porque la imagen de la UCM está deteriorada.

—Dígame los ingredientes de su receta para que vuelva ese prestigio.

—Son cuatro. Primero, despolitizar la gestión. Todos deben contar y eso no ha pasado. Sólo hay que ver el carné de la mayoría de los que están hoy en esa gestión y en puestos de responsabilidad, con el rector Berzosa primero y con Carrillo ahora. Los dos han dado los puestos confianza a los que estaban en plataformas de apoyo organizadas por CC.OO. y UGT. La Universidad se ha politizado. Hay que contar con todos. No pueden gobernar las sectas. Yo, en el ministerio, he visitado las universidades españolas y le aseguro que no sé el color político de muchos rectores que, por cierto, están haciendo una buenísima gestión. El segundo eje es el capital humano. Y el de la Complutense sigue ahí. Pero está desmotivado y deprimido. Tercero, la investigación y la academia, por este orden. ¿Cómo se regenera una universidad? Pues así. Si no se genera conocimiento no puede transmitirse.

—¿La proyección internacional sería el cuarto ingrediente?

—En efecto. No hay compromiso con nuestro entorno científico ni social. Hablamos de una universidad pública, pagada con los impuestos de los ciudadanos, y la sociedad debe recibir un retorno de su inversión. Estamos en un buque enorme que va sin rumbo. No hay proyecto de Universidad.

—¿Que UCM haya perdido casi la mitad de los alumnos que tenía hace quince años es porque no ha sabido competir con otras universidades madrileñas?

—Yo no hablaría de universidades, sino de plazas. El problema es que tenemos universidades generalistas. Hay que potenciar lo bueno de cada una de ellas. En Europa se hace así. Aquí tenemos el ejemplo de las Politécnicas: hay pocas pero lo que hacen, lo hacen bien. No se trata tanto de número como de calidad. El universitario tiene que salir a la calle y al mercado laboral con la mejor formación.

—Le noto a usted lanzado

—Creo que puedo recoger la ola de desencanto que hay ahora mismo.

—¡Como le pasa a Podemos!

—No, no tiene nada que ver. Aquí «debemos». Cambio pero sin populismos. En España hay universidades que con menos recursos públicos lo están haciendo mejor que la Complutense teniendo menos talento dentro. Y yo quiero ser el rector de todos.

—Escándalo profesor Monedero. ¿Cree que se va a dilatar la «información reservada» para no enturbiar las elecciones al Rectorado y los apoyos que se dice tendrá Carrillo?

—Hay que ser respetuoso con todo el proceso de investigación. Sí digo que yo he tenido contratos de investigación y lo primero que he pedido ha sido la compatibilidad. Las reglas están muy claras. Vamos a ver qué pasa. Lo que sí espero es que se investigue en tiempo y forma y que no tarden un año.

— ¿Quiénes le van a votar a usted?

—Espero que el personal docente y el PAS funcionario. Ahí estamos. A los estudiantes, que son la gran abstención, habrá que ganárselos. Puedo ganar. Mi piscina está más que medio llena. Además, quiero a la Universidad.

—El rector Carrillo dice que la deuda de la UCM ha bajado de los 150 a los 39 millones. ¿Se lo cree?

—¿Dice 39? No tengo acceso a esos datos pero me parece mucho bajar. Creo que estará en 80. Esa reducción, que ya es, se basa en dos puntos: los pleitos que se han ganado a la Comunidad de Madrid y el acceso al Plan de Pago a Proveedores, un programa que le sacamos a Hacienda y del que, modestamente, soy en parte responsable. Esa deuda habrá que refinanciarla. Y generar recursos propios. Las empresas no van a una universidad desprestigiada a pedirle su ayuda, ni los alumnos se matriculan. Además, los talentos europeos tampoco están mirando ahora mismo hacia la Complutense.

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