Las iniciales M. C. localizadas en un fragmento del ataud
Las iniciales M. C. localizadas en un fragmento del ataud - ayuntamiento de madrid
búsqueda de cervantes

El enigma «M. C.»

Los restos de Cervantes no aparecen entre los ataúdes descubiertos, aunque ningún otro está marcado con iniciales

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A los investigadores que analizan cada rincón de la cripta de la iglesia de Las Trinitarias, en el barrio de Las Letras, les dio un vuelco el corazón cuando, el primer día de los trabajos, en el primer nicho que examinaron, un corroído tablón de madera se volteó y dejó ver las iniciales M. C. remachadas con tachuelas. Hoy, diez días después, siguen sin poder confirmar que sea el féretro de Cervantes.

No obstante, para el equipo sigue siendo importante este descubrimiento, al que acompañaban, en el mismo nicho, más fragmentos de madera y restos óseos de adultos y niños en muy mal estado. No en vano, el nicho se encontraba en la parte de la cripta más afectada por la humedad, y por tanto, peor conservada.

El mejor equipo

Las misteriosas iniciales M. C. en lo que queda de un antiguo féretro también son importantes por otra circunstancia: en la cripta se han localizado otros muchos ataudes, tanto de adultos como de infantes. Pues bien, ninguno tiene marcados nombres ni iniciales, lo que hace aún más singular esta primera caja de madera.

El equipo de investigadores que dirige el antropólogo forense Francisco Etxeberría es probablemente el mejor que existe en este tipo de trabajos. Por eso se confía en que, cuando finalice su exhaustiva labor, no quedará ninguna duda sobre si Cervantes yace o no en la cripta de las Trinitarias.

En un principio, se confiaba en que estos trabajos durarían en torno a diez días, un plazo que acabaría a mitad de esta semana. Pero la cantidad de restos hallados, el mal estado de muchos de ellos, y el hecho de haber localizado en el suelo más enterramientos de los que en un primer momento se esperaba, puede haber ralentizado el ritmo de los trabajos.

Hasta el momento, no han localizado huella alguna ni de la mandíbula casi completamente desdentada de Cervantes, ni de su mano izquierda tullida, ni de los arcabuzazos en el pecho, ni del plomo que de éstos hubiera podido quedado en los restos del cuerpo. Pero los trabajos siguen.

Textil y calzado

Y hay mucho por analizar: se hace necesaria documentación histórica de los nuevos sepulcros encontrados; hay fragmentos de fibra textil, que también van a analizar las expertas conservadoras del Museo del Traje que forman parte del equipo. Incluso, explicó Francisco Etxeberría, hay algunos restos de cuero, del calzado, en algunas de las sepulturas.

En la cripta se encuentran el 95 por ciento de los enterramientos del convento: tanto en el subsuelo como en la zona de nichos. Más allá de estos, y si de la investigación que se lleva a cabo en esta segunda fase de los trabajos no se dedujera la presencia de los restos de Miguel de Cervantes, quedaría aún otra posible vía en la hoja de ruta: las oquedades que el geofísico Luis Avial detectó con su georradar, y que se encuentran en el suelo de la actual iglesia de las Trinitarias.

No obstante, estos trabajos requerirían de nuevos permisos del Arzobispado, la comunidad de religiosas y las autoridades regionales de patrimonio. «Pondría la mano en el fuego», dice el historiador y promotor del proyecto Fernando de Prado, «porque Cervantes está ahí: todos los estudios, los eruditos y la documentación existente así lo prueban: allí se enterró y nunca salió. Si no está en la cripta, está en las otras oquedades».

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