Menos de dos meses para el cierre de comercios centenarios por la renta antigua

Si nada lo remedia, negocios como la camisería Hernando abierta en la Gran Vía en los años 50 desaparecerá a finales de año y con ella un negocio que comenzó hace más de 150 años en otra ubicación. Ángel, su dueño, se resigna a liquidarlo todo y dejar a casi una decena de empleados en la calle por la desaparición de la renta antigua. «La diferencia entre lo que pagamos y lo que se pide es tanta» asegura y además «cuando se hizo la ley no se previó que habría una crisis y dejaron pasar el tiempo con lo que los alquileres han subido de tal forma que no cabe ni imaginar el poder absorberlos».

Almudena Zarco se encuentra en la misma situación de tener que cerrar la bisutería Otero que fundaron sus abuelos y de la que se conservan vitrinas y bisutería antigua que el día 1 de enero deberán abandonar esta ubicación

. «Ahora hay mucha gente que nos pregunta y hay gente que te dice: lo sentimos mucho». Locales cercanos al suyo pero un poco más grandes en la calle Mayor pueden estar pagando los 30.000 euros al mes, algo totalmente inasumible. «Hay sitios donde me puedo ir» asegura Almudena pero «el mercado esta carísimo y yo creo que me dedicaré más a internet o a ferias».