Objetivo de la búsqueda de Miguel de Cervantes: bajar a la cripta en un mes

El equipo de expertos que buscan a Cervantes y el Ayuntamiento de Madrid lo tienen todo listo para comenzar la segunda fase de la búsqueda de Cervantes en la cripta de la iglesia de las Trinitarias. No obstante, hacen falta aún algunos pasos: recibir el permiso arzobispal por escrito –ya lo tienen verbal–, y reunirse todos con la Comunidad Autónoma, –su Dirección de Patrimonio también tiene que autorizar– para fijar los detalles del proyecto. Estas acciones pueden demorar aún el inicio de los trabajos varias semanas: en el Ayuntamiento calculan que podrían entrar a lo largo del mes de noviembre.

El Arzobispado ha fijado determinadas condiciones para que puedan realizarse estas tareas: la restitución a su estado original de la cripta, la prohibición de sacar de allí restos óseos

–salvo que exista otra autorización expresa–, y que la comunidad de monjas pueda velar durante toda la fase por la adecuación de los trabajos a la vida conventual. Condiciones que se aceptarán sin trabas, según fuentes municipales. La alcaldesa Ana Botella se congratuló ayer del permiso de la Iglesia, ya que este hallazgo, de lograrse, aumentará el patrimonio cultural y el turismo.

Reuniones

Se tienen puestas muchas esperanzas sobre la búsqueda en la cripta. Por su ubicación, muy por encima del nivel freático, creen que la conservación de los huesos puede ser buena, ya que lo peor para los restos óseos es la humedad.

La luz verde de la Iglesia ha activado todo el procedimiento: mañana se prevé una reunión en la que intervendrán el Arzobispado, el equipo de investigación, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid.

Hace falta también un permiso de la Dirección de Patrimonio. Fuentes de esta institución aseguraron a ABC que en el momento en que se presente la solicitud, se comprobará si se cumplen todos los requisitos, y en caso de ser así, se dará el «OK». Un proceso que también llevará unas semanas.

Una vez en este espacio –una sala de unos 40 metros cuadrados, a cuatro metros bajo tierra–, comenzarán a actuar los técnicos, durante un periodo que podría durar aproximadamente una semana o diez días.

Cámara endoscópica

La idea del equipo de Francisco Etxeberría y del resto de los responsables de la Sociedad Científica Aranzadi es introducir por un pequeño orificio de cada nicho –hay una treintena en la cripta– una pequeña cámara endoscópica. Eso permitirá examinar el interior y comprobar qué tipo de restos óseos hay, y si corresponden a un niño o una mujer, o si el cadáver puede identificarse como un capellán –por su indumentaria–. En estos casos, se cerrará el pequeño orificio.

Pero si a través de la cámara se observan restos óseos que pudieran corresponderse con los de Miguel de Cervantes, el nicho se abriría para extraer muestras que serán analizadas en un laboratorio de campaña montado en la cripta.

Existe la posibilidad de «atacar» entre esta zona de nichos un enterramiento que descubrió el georradar en abril, y que está a apenas 40 centímetros de distancia. Se trata de una tumba situada bajo la imagen de la Inmaculada. Se planteará en el proyecto que se va a presentar a las autoridades la posibildad de trabajar desde el nicho esta zona, de forma mucho menos invasiva que haciéndolo desde el interior de la iglesia.