La razón por la que se dice que la Lotería de Navidad es el impuesto de los tontos

Se acerca uno de los momentos más destacados del año, incluso señalado en rojo por algunos: el día de la Lotería de Navidad. Escasean las personas en España que, a estas alturas del año, no han comprado un décimo o una participación para el sorteo del próximo día 22.

Y es que, según el XII estudio ‘Juego y Sociedad’, elaborado por el Instituto de Política y Gobernanza de la Universidad Carlos III de Madrid, alrededor de 24,5 millones de personas con edades entre los 18 y 75 años participaron en este sorteo extraordinario del pasado año. A esto se suma otro dato: cada español se gasta de media 60 euros en la Lotería de Navidad .

Pero, ¿por qué se dice que la Lotería es el «impuesto de los tontos» ? Esto se debe a la probabilidad que hay de que nuestro boleto resulte premiado.

De los 100.000 números que se introducen en el bombo, solo resultarán premiados alrededor de 14.272, por lo que cuando compramos un décimo solo tenemos entre un 12,2% y un 14% de probabilidades de que nos toque algo. Hay que tener en cuenta que ese algo puede ser un premio cuantioso, pero también una pedrea, un reintegro o una aproximación.

En el caso del Gordo , el premio estrella del sorteo, las opciones de que nuestro número sea el afortunado y hacernos con los 400.000 euros que se reparten por décimo premiado son mucho más reducidas. En concreto, de una entre 100.000.

Por todo ello, muchos ciudadanos creen que la Lotería de Navidad es el «impuesto de los tontos», ya que Loterías y Apuestas del Estado consigue ingresar una buena cantidad de dinero a cambio de los sueños y esperanzas de los que juegan que, desde un punto de vista matemático, suponen una decisión económica irracional. De hecho, la Lotería de Navidad es el sorteo que más recauda a las arcas del Estado, representando un 30% de los ingresos de Loterías.

Pero las estadísticas no han de destrozar la ilusión de nadie: aunque son pocas, las opciones están ahí. Quién sabe si este año no serás tú, lector, el que descorche el champán, cava o sidra en la puerta de una administración. Puedes revisar tus números con el comprobador de ABC.