Carlos Fabra, protagonista en las últimas Fallas de Valencia
Carlos Fabra, protagonista en las últimas Fallas de Valencia - MIKEL PONCE

Lotería de Navidad y política: una mezcla de suerte y corrupción

Durante años, la compra de décimos premiados fue una práctica común para blanquear dinero sin pagar impuestos

Madrid Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A los políticos también les toca la Lotería de Navidad. Una diputada del PSOE balear, Silvia Limones, acudía el año pasado al Pleno del Parlamento balear cuando se enteró de que había ganado 120.000 euros. La socialista ibicenca, como tantos otros premiados, dijo que destinaría el dinero a «ahorrar y tapar agujeros».

Limones no fue la única que compró el número 12.775. El asesor de la Conselleria de Presidencia Marco Antonio Guerrero resultó agraciado con el mismo número. El padre de Guerrero era miembro de la peña sevillista en la que los dos premiados compraron el décimo de la Lotería.

En el Ayuntamiento de Osuna, en Sevilla, el 12.775 se repartió entre trabajadores del consistorio. «Ni sabemos cuánto ha tocado, porque hay mucha confusión, pero a mí me han caído 90.000 euros, y hoy mismo me voy a quitar la hipoteca del piso», dijo una trabajadora del ayuntamiento.

La alcaldesa de la localidad, la socialista Rosario Andújar, también resultó agraciada con el premio. Un golpe de suerte que no se puede comparar con el caso de Miguel Zerolo, alcalde de Santa Cruz de Tenerife entre 1995 y 2011. En 2001 resultó premiado en los sorteos de la Lotería de Navidad y de la Lotería del Niño.

Zerolo ganó más de 43.000 euros en la Lotería de Navidad por diez décimos del 61.941 y, unos días después, ganó otros 14.605 euros por la compra de diez décimos del 231.427 en el Niño. El 18 de enero adquirió una finca rústica por 52.000 euros (ganó unos 60.000 en los sorteos). Esta información estaba en el sumario de una investigación contra el blanqueo de capitales. « Yo tampoco me creo que Miguel Zerolo gane la lotería tan a menudo», decían en Facebook los tinerfeños.

En la relación entre políticos y la lotería hay algo más que suerte. José Antonio Roca, el cabecilla de la trama Malaya, ganó en 15 años hasta 50 grandes premios de Lotería. Según los investigadores del caso, la posibilidad de que una persona sea agraciada tantas veces con estos premios es una entre 43 cuatrillones. Aunque sin dar demasiados detalles, Roca admitió en el juicio que entre marzo y septiembre de 2005 compró cono 646.000 euros boletos premiados para no pagar impuestos.

Los compra de décimos de Navidad premiados fue, durante años, una práctica habitual para blanquear dinero. Los narcotraficantes gallegos fueron los primeros en utilizar esta argucia. Consistía en comprar con dinero negro décimos premiados, de manera que el vendedor del billeta sacaba una plusvalía, el intermediario se llevaba una comisión y el comprador blanqueaba dinero sin pagar impuestos. A partir de 2013, las cuantías que superaban los 2.500 euros empezaron a tributar un 20 por ciento.

El político que se lleva la palma es Carlos Fabra, que entre 2000 y 2011 ganó en premios más de 2,2 millones. Al expresidente de la Diputación de Castellón le tocó la Lotería al menos nueve veces. El grupo municipal de Compromís de Ontinyent (Valencia) hizo unas papeletas con su imagen y la frase «La lotería que siempre toca». Compromís tuvo que pagarle a Fabra 12.956 euros por intromisión en el derecho a la imagen.

Fabra, deslenguado, anunció en 2008 con antelación el número que iba a comprar. Dijo: «Si me toca, me sacaré la pirula y mearé en la sede de IU». Las administraciones de lotería en las que compraba Fabra eran de las más solicitadas por los compradores.

Ver los comentarios