Psicología

Cómo gestionar mis emociones si me toca (o no) la Lotería de Navidad

¿Quién no ha fantaseado con que le toca el Premio Gordo de la Lotería de Navidad? La probabilidad es mínima, pero sigue imperando el «pensamiento mágico». Los expertos revelan cómo gestionarlo

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26590, el Gordo de Lotería de Navidad

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El Sorteo de la Lotería de Navidad despierta todo tipo de emociones
Raquel Alcolea

Raquel Alcolea

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¿Cuál es la probabilidad de que te toque el Gordo de la Lotería de Navidad ? Una entre cien mil, es decir, que es algo bastante improbable. ¿Y qué posibilidades hay de que no nos toque nada de lo que hemos invertido? Alrededor de un 86% de posibilidades. Y sin embargo cada año seguimos jugando y fantaseamos con la posibilidad de ser uno de los premiados en el sorteo más famosos del año. De hecho, se prevé que este año gastemos una media de 68 euros en este juego de azar, según los cálculos de la Sociedad Estatal de Apuestas y Loterías del Estado.

Pero lo que está detrás de esta comportamiento no es que nos guste perder dinero ni que seamos masocas, sino que, tal como explica la psicóloga Pilar Conde, directora técnica de Origen, nos dejamos llevar por una especie de ilusión colectiva que empieza en los emotivos anuncios promocionales de la Lotería de Navidad , que ya son una tradición y que están pensadas para ayudar a los perdedores a gestionar la desilusión. «Aparecen, por ejemplo, historias emotivas sobre personas que se encontraban en una situación límite y a las que la vida les da un cambio radical, lo que nos hace sentirnos partícipes del éxito de los demás. Y esto, a su vez, nos reporta emociones positivas», comenta.

Esos pequeños detonantes en forma de mensajes publicitarios se alimentan después con la presión social . «Es la lotería más normalizada del año. La mayoría de los españoles participan en este sorteo, por lo que es un tema del que se habla y que hace que los que no participan de ello se sienten fuera del entorno o del grupo», explica. Y precisamente ese sentimiento de pertenencia es en el que inciden los anuncios de la Lotería, que invitan a realizar una apuesta económica sino emocional. «Te hace sentirte parte del colectivo y formar parte de la ilusión del grupo», revela Conde.

Comparte esta opinión la psicóloga Elisa Sánchez Lozano, directora de IDEIN, quien explica que, aunque racionalmente sepamos que vamos a perder o que hay muy pocas posibilidades de ganar, es una decisión emocional, no racional . La experta también destaca el componente de «tradición»: «Posiblemente sea algo que se ha hecho siempre en su familia, han visto a sus abuelos y padres hacerlo y compran lotería por seguir ese modelo», comenta.

Dinámicas de grupo

Este tipo de lotería tiene también otros componentes que llevan a que, de alguna manera, nos sintamos forzados a comprar un décimo o una participación (o incluso más). Así, tal como recuerda Elisa Sánchez, en muchas ocasiones se compra en grupos (amigos, familiares, colegio...) o por compromiso (comercios de confianza, vecinos...), aunque también se hace porque se tiene la rutina de comprar la del trabajo («¿Y si les toca a todos menos a mi?»).

Otra dinámica en este sentido suele ser que se usa como regalo o como intercambio con otras personas para, supuestamente, aumentar las posibilidades de que nos toque un premio (un amigo te regala un décimo y te pide que le regales otro a cambio).

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Anticipación positiva

Un fenómeno curioso que se produce en el caso de la Lotería de Navidad es que, según la psicóloga Pilar Conde, la emoción positiva que produce anticiparse al hecho con ilusión supera a la decepción. Digamos que la decepción se vive durante menos tiempo que la ilusión, si tenemos en cuneta el tiempo que pasa desde que compramos el décimo, fantaseamos, soñamos con lo que haremos con el dinero y llegas a pensar incluso que podrías realizar tus sueños. Sin embargo, el sorteo dura unas horas y en seguida conseguiremos la información sobre si hemos ganado o no.

La consecuencia de esto, tal como explica Conde, es que imaginarnos dejando atrás las dificultades y teniendo la capacidad de hacer cambios en nuestra vida no solo nos hace felices sino que también nos lleva a pasar a la acción por que, en algunas ocasiones, según revela la psicóloga, el gasto que hacemos en la compra de décimos es alto.

¿Qué hacemos si nos toca?

Una vez que se ha celebrado el sorteo y se conocen los premios, existen varias fases en los que han resultado agraciados, según explica Elisa Sánchez. A veces se da la de shock , que hace que se sienta aturdido y que tarde tiempo en asimilar la noticia. «Para muchas personas este periodo es breve y para otras puede ser algo más duradero», según precisa. Después se da normalmente un periodo de euforia y después de felicidad .

Eso sí, la psicóloga indica que existen investigaciones que indican que las emociones positivas vuelven a ser las mismas que antes, que la acomodación a los nuevos ingresos se hace muy rápido y que incluso algunas personas se arruinan en poco tiempo porque se acostumbran a un ritmo de vida elevado y no son previsoras. Es más, la experta asegura que a otras personas les puede llegar a generar problemas con familiares y con amigos porque se vuelven habituales las peticiones de préstamos.

En este sentido, la psicóloga Pilar Conde insiste en que no se deben tomar decisiones de manera inmediata , sino celebrarlo y posponer las decisiones importantes al menos durante un mes, para que el tiempo nos ayude a poner en perspectiva lo sucedido, valorar las opciones y evaluar los riesgos.

¿Y si me hice ilusiones pero no me toca?

Lo normal es que, en general, tomemos esa supuesta pérdida con deportividad, pero también se pueden dar casos de algunas personas que vieron en la Lotería de Navidad su «gran oportunidad» y tienen dificultad para gestionar emocionalmente el hecho de no haber ganado nada . Este tipo de situaciones, según aclara la psicóloga de IDEIN, tiende a darse en las personas que suelen abusar de estas conductas por lo que es posible que o bien lo nieguen, o bien no lo afronten de forma realista.

También existe otro tipo de personas que sueña con el número o tiene una corazonada con algún número en concreto. En esos casos si no toca tienen que realizar el «duelo» de esa situación, según aclara Elisa Sánchez, pues de alguna manera se sienten frustrados, estafados y después decepcionados. «Posiblemente pasado un tiempo lo acepten y aprendan de la experiencia de modo que no se vuelvan a dejar llevar por esos impulsos», comenta la experta.

La clave parar entender esas emociones

«Céntrate en lo que sí tienes (sea trabajo, familia, amigos, pareja o salud) y valora lo que has conseguido. Lo que logras en la vida suele derivar el esfuerzo. Si lo deseas, concéntrate en cómo mejorar tu estatus económico por tus propios medios. Y si no te ha tocado, quédate con lo mejor: la empatía con los ganadores», aconseja Pilar Conde.

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