Nerea Llanos a su llegada a la reunión del comité de dirección del PP vasco, este martes en Vitoria
Nerea Llanos a su llegada a la reunión del comité de dirección del PP vasco, este martes en Vitoria - efe

La cúpula del PP vasco se reúne mientras Arantza Quiroga se encuentra en Madrid

María Dolores de Cospedal, con quien podría reunirse en Génova, asegura desde Bruselas que seguirá en el cargo

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Nueva ausencia de Arantza Quiroga, en esta ocasión en el comité de dirección del PP vasco que se ha reunido este mediodía en Vitoria. La líder de la formación se ha desplazado hoy a Madrid, como ya avanzó ABC. Se da por hecho que el objetivo de ese viaje es mantener una reunión con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Desde Génova se remiten a la agenda de Cospedal: esta mañana se encuentra en Bruselas y por la tarde, al haberse desplazado el presidente del Gobierno a Nueva York, preside la reunión del Comité de Dirección del partido. En esa agenda debería encajar la cita con Quiroga.

Esta ausencia de Quiroga escribe un nuevo capítulo dentro de la delicada situación que atraviesa el PP vasco desde que su presidenta se viera obligada a retirar su propuesta de ponencia de libertad y convivencia

-que suscitó críticas en público del ministro de Sanidad, Alfonso Alonso-, y optara, desde entonces, por cancelar todos sus actos públicos y mantenerse fuera de la circulación.

Desde Bruselas la propia Cospedal, que tampoco ha confirmado si habrá reunión con Quiroga, ha asegurado que el futuro de esta pasa por «ser la presidenta del PP vasco, que es lo que es», y ha negado que hubiera sido desautorizada desde Génova: «Desautorización absolutamente ninguna, todo lo contrario, absoluto respaldo a lo que hizo, como ha tenido siempre y como sigue teniendo. Aquí división ninguna», ha indicado. Sobre los seis días de ausencia de Quiroga en el escenario público, ha zanjado que «eso no es una crisis».

Dada la presencia de Quiroga en Madrid, al cónclave de los populares vascos ha acudido como máxima representante la secretaria general, Nerea Llanos. Al filo del mediodía, al llegar a la sede, Llanos ha emplazado a los medios a una comparecencia fijada para las 13.15 y se ha limitado a confirmar la presencia de Quiroga en Madrid, aunque sin concretar si habrá encuentro con Cospedal. Tampoco han hecho declaraciones los líderes provinciales: Borja Sémper (Guipúzcoa), Antón Damborenea (Vizcaya) y Javier De Andrés (Álava). La cita ha durado apenas tres cuartos de hora.

Un comité de dirección al que han acudido los miembros del PP vasco en estado de incertidumbre y con las aguas revueltas. Este lunes Sémper afirmaba que «cuando un político recibe un portazo y su iniciativa es rechazada, no es momento para desaparecer sino para insistir», aunque afirmaba que estas palabras no debían ser interpretadas como un reproche a Quiroga.

«Es comprensible que desde el punto de vista humano alguien que ha recibido un revés político se sienta dolido, e incluso reflexione durante unos días, indicaba, aunque añadía que «lo que no puede ser es que esa reflexión se traduzca en dudas, sospechas y especulaciones», indicaba el dirigente popular.

Sémper llegó a manifestar que le producía «vergüenza ajena» la imagen dada por su partido, que definió como «espectáculo» y que instó a «corregir ya», y pidió «perdón» porque los populares, indicó, en los últimos días habían «dado la sensación de estar más enredado en problemas internos que en los problemas de los ciudadanos».

Hermetismo absoluto

Después de comparecer el pasado miércoles, en el Parlamento vasco, cuando acusó a Bildu de haber «retorcido» el texto de la moción para crear una moción de convivencia y libertad -texto que no exigía la condena de la violencia, sino su rechazo expreso-, y anunció que por ese motivo resolvía ponerle fin, Arantza Quiroga decidió aislarse, recluirse en su casa y no presentarse a los sucesivos actos en los que se contaba con su presencia -el viernes, un informe de Covite; el sábado, el homenaje a Txiki Benegas en San Sebastián-.

Sin leer la prensa y sin atender al móvil, según pudo saber este diario, Quiroga se blindó mientras compañeros como Carmelo Barrrio afirmaban que «por supuesto» la apoyaban, pero las palabras de Sémper son el termómetro de que ese aislamiento no ha sentado bien en sectores del partido, que vive sumido en una considerable incertidumbre casi una semana después.

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