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«Penúltima» tractorada

Santiago y Lugo se llenan con 9.000 personas. Rostros de esperanza ante una reunión que no satisface a todos

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Con la esperanza de soluciones avivadas tras la reunión de este miércoles con el presidente de la Xunta, alrededor de 4.000 personas en Santiago y 5.000 en Lugo —según datos de los organizadores 15.000 en cada una de las ciudades— se unieron por la lucha de un precio mínimo. Los reclamos seguían siendo los mismos y las amenazas de permanecer con la ocupación si no se llegaba a un acuerdo convincente en Madrid tomaban ya fuerza. «Los siguientes puntos a rodear serán Mercadona y el Gadis de Betanzos», concretaba el portavoz de la Organización de Productores de Leite (OPL), Anxo Escariz. Lo que quedaba claro es que no era una clausura de cuatro días de ocupación, nueve en el caso de Lugo.

En la Alameda de Santiago cuatro vacas, de la vecina localidad de Pontecesures, encabezaban la manifestación seguidas de una pancarta con el lema «Un paso atrás na defensa d@s gandeir@s galeg@s». Una segunda fila formada por caras conocidas de la política autonómica se iba formando desde antes de las 12 del mediodía, hora establecida para el comienzo de la caminata. El diputado del BNG, Francisco Jorquera, el representante de Agricultura del PSdeG, Pablo García, o Xosé Manuel Beiras fueron algunos de los que se dejaron ver por el lugar. El alcalde de la ciudad, Martiño Noriega, puntualizó que el apoyo de los santiagueses fue «ejemplar» y aprovechó para mostrarse afín a la protesta. Lo cierto es que miles de personas se acercaron a mostrar su apoyo al sector, llegando a sacarse fotos con los animales.

La sede de la Xunta sería la meta de la masa de gente. La incertidumbre entre los productores continuaba sin ser resuelta. «Las decisiones de aquí se tomarán conjuntas con las de Lugo, ahora estamos en contacto directo», aclaraba el representante de OPL. Una nueva asamblea a las diez de la noche podría aclarar el próximo destino de los vehículos, aparcados en todo momento en torno a San Caetano, la Avenida de Lugo, As Cancelas y Mercagalicia. «No sabemos qué va a pasar, pero nos esperamos cualquier cosa», apuntaban los ganaderos de camino al edificio administrativo. Una vez allí, Águeda Capón, ganadera y encargada de entonar el manifiesto, comenzó su discurso entre los aplausos de los presentes. «No queremos tener que endeudarnos para poder hacer nuestro trabajo», leía la mujer con voz clara y alta. Las organizaciones agrarias también se encontraban ejerciendo labores de organización y colocando a los presentes. Tras esto, tan solo faltaba hacer un rodeo a la administración entre los tractores aparcados en forma de cerco desde el lunes.

Una vez terminada la protesta llegaban los resultados de la reunión en Madrid. Varios sindicatos comenzaron a pronunciarse poco afines a las soluciones propuestas, y los tractores permanecían sin saber muy bien qué hacer. Al cierre de esta edición los vehículos permanecían invadiendo las calles de ambas ciudades. La decisión sobre el siguiente paso se tomaría en una asamblea avanzada la noche.

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