cuaderno de viaje

Principio y fin

Besteiro comenzó su carrera política en Lugo y allí enterró su futuro en el último mes

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Gómez Besteiro comenzó su carrera política hace 16 años en Lugo y en Lugo enterró su futuro este último mes. Su gestión de la derrota el 24-M ha sido grotesca, un auténtico despropósito que evidencia su inconsistencia política. En apenas dos semanas ha dejado a su partido al pie de los caballos cediendo hasta en dos ocasiones al chantaje del Bloque, un partido que en esa provincia apenas pasa del 13 por ciento de votos pero al que se le permite poner y quitar candidatos en el PSdeG. A este paso habrá que preguntarle a Vence quién será el cabeza de cartel de los socialistas cuando Feijóo convoque autonómicas, porque Besteiro ni se ha planteado plantarse, simplemente ha accedido servilmente al órdago de los nacionalistas.

Ha tenido que ser un alcalde de un pequeño municipio el que grite «¡Hasta aquí hemos llegado!» y desbarate los juegos malabares de una dirección desnortada.

El ataque de dignidad del alcalde de Becerreá ha puesto en entredicho a Gómez Besteiro porque ha mostrado la miseria de una dirección que entrega a quien sea con tal de sobrevivir un día más. Pero sobre todo ha evidenciado la falta de autoridad interna del secretario general del PSdeG. Quizás Besteiro no comprendiese al principio que cortando la cabeza a Orozco estaba empezando a entregar la suya. Pero esta semana ya le han dejado claro, propios y ajenos, que él ya no maneja la nave y que el rumbo lo marcan otros. Él ha sido quien ha entregado el timón y ha propiciado el motín. Sufre una peculiar alergia a tomar decisiones. Jamás ha intentado siquiera imponerse a Caballero y soporta callado sus afrentas. Nunca ha acabado de enterrar a «Pachi» y convive con sus desplantes. Ha tratado siempre de sortear cualquiera de los innumerables charcos en los que su partido tiene afición a meterse. Besteiro no se ha planteado liderar a su partido porque simplemente no es un líder. A base de escapar y huir, ha conseguido que casi nadie en el PSdeG respete su autoridad. Y el problema es que ahora lo sabe todo el mundo. Resistirá mientras se lo permitan, pero ha quedado retratado y carece de talla política para revertir la situación.

A veces todo empieza y termina en un mismo punto. Y a Besteiro le ha pasado. En Lugo escribió su principio y en Lugo firmó su final.

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