Cuaderno de viaje

Una cuestión de principios

Con la jubilación de Orozco, Besteiro ha defenestrado a su mentor

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El PSdeG ha recuperado esta semana un discurso marxista, pero no el de Karl, sino el de Groucho. Ya saben aquello de «estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros». Y eso es lo que ha escenificado en Lugo el líder de los socialistas gallegos. Presenta hace apenas tres semanas a un candidato a la alcaldía, pero como a sus potenciales socios no les gusta, lo aparta y pone a otro. Lo ocurrido es un fraude ético a los lucenses que hace sólo 20 días votaron un proyecto encabezado por Orozco y hoy verán cómo su partido entrega su cabeza. Pero sobre todo revela la debilidad de Gómez Besteiro.

Con la jubilación de Orozco, Besteiro no ha accedido a un chantaje cualquiera.

Ha defenestrado a quien fuera presidente de su partido, a su propio mentor, con quien dio el salto a la política y en la ciudad en la que lo hizo. Y lo hace porque él es uno de los grandes derrotados del nuevo mapa político municipal. El PSdeG consiguió 23.000 votos menos que en 2011 y la sangría se duplicaría si excluyéramos de la ecuación a Vigo, la única gran victoria del socialismo el 24-M, lo que además refuerza a Caballero como contrapoder a la dirección gallega. Una derrota que se visibiliza sobre todo en Santiago, La Coruña y Ferrol donde el PSdeG es tercera fuerza y no pasará los próximos años de ser la comparsa de las Mareas, con el riesgo que ello supone, porque aparecerá como cómplice de sus aventuras y porque le está dando soporte a su ahora gran rival, con quien se tendrá que disputar en las generales quién liderará la alternativa de izquierdas al PP.

Un mal resultado en otoño puede apartar a Besteiro de la carrera por la Xunta. De momento, salvó las muebles al garantizarse tres Diputaciones, pero si vuelve a fracasar, quizás ya no llegue a las autonómicas. Caballero se resiste a manifestarle su apoyo, en Orense Pachi espera con el cuchillo entre los dientes, apostó a caballo perdedor en las primarias para elegir líder provincial en La Coruña y la sombra de Blanco sigue siendo muy alargada. Por eso era tan importante para Besteiro retener la alcaldía de Lugo. Pero el precio a pagar es demasiado caro: evidenciar su propia debilidad y la fragilidad de sus principios políticos.

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