Feijóo se descarta como ministro y coloca su «compromiso» en Galicia

Cada turbulencia en el Partido Popular nacional y cada sombra de cambio en el Gobierno central vuelve a colocar en las quinielas para un hipotético salto a Madrid al presidente del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo. Sea como secretario general del partido, como aspirante a sucesor en la Presidencia o como ministro, el barón gallego está acostumbrado a responder preguntas y lanzar balones fuera sobre la cuestión. Ayer tocó el turno sobre este último cargo, ante un previsible cambio de caras del Ejecutivo liderado por Mariano Rajoy. La fórmula utilizada por Feijóo fue la ya conocida por todos: «Mi compromiso sigue estando en Galicia». En este sentido, recalcó que su «ambición política» es la de presidir la Comunidad y que, además es la encomienda que le han otorgado los gallegos hasta 2016.

Sobre la posibilidad de dar un salto hacia asumir otras responsabilidades, zanjó la cuestión con la reflexión de que puede «ser útil a España y al partido desde Galicia».

Al respecto de cambiar el despacho de San Caetano por el de algún ministerio en Madrid, Feijóo se permitió ironizar con los periodistas. «Lo primero en este tipo de cuestiones es tener un poco de humildad. Para que me pudiese pronunciar tendría que haber un ofrecimiento. Si el ofrecimiento existe, no se lo contaría; y si existiese, tampoco», lanzó sembrando la duda.

También flotaron en el ambiente posibles cambios en el Ejecutivo autonómico como respuesta al resultado electoral, un escenario que su líder descartó de plano. El razonamiento de Feijóo para no acometer las modificaciones es que el Gobierno gallego «no se presentaba» a los comicios. En cualquier caso, como vino señalando durante las últimas jornadas desde la noche electoral, sí se mostró favorable a que en el partido se acometa una renovación «de equipos y políticas».

Inestabilidad

Uno de los mensajes más contundentes utilizados en la campaña electoral por el líder popular fue el de alertar contra la inestabilidad institucional que podría provocar la fragmentación de fuerzas. Ayer incidió en esta idea, advirtiendo de que «estamos ante la peor situación desde 1978» para hacer entroncar este argumento con su negativa a abandonar la Xunta. Remarcó que tras los comicios del 24-M Galicia será la única Comunidad que se gobierne con mayoría absoluta, deslizando que no contribuiría a su voluntad de lograr firmeza en la institución una marcha a Madrid. «Eso tiene un valor», apostilló el presidente sin llegar recordar que, pese a la notable pérdida de poder territorial, la formación cosechó en Galicia uno de los mejores resultados del conjunto estatal.

Pactos «con nocturnidad»

Feijóo centró de nuevo una parte de su discurso en la red de alianzas que tejerán los partidos de cara a la conformación de las corporaciones locales y los gobiernos autonómicos. En la parte que afecta a Galicia, Feijóo apuntó que los pactos que auparán a los alcaldes a partir del 13 de junio presentarán una «novedad» con respecto a los que se entablaban con anterioridad. Ante la oleada de partidos de la izquierda gallega que apoyarán a otros en la investidura sin entrar en el gobierno, el presidente subrayó que «antes los partidos pactaban para conformar una mayoría que no permitiese gobernar a la lista más votada. Ahora pactan para que gobierne en solitario una de las minorías perdedoras».

También tuvo tiempo el mandatario gallego para afear a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias sus contactos, como había hecho la semana pasada al señalar que «ahora veremos cómo pactan los que dijeron que nunca lo harían con la casta y los que nunca lo harían con los populistas». Sobre la cena entre los secretarios generales del PSOE y Podemos, Feijóo la tachó de «pactos con alevosía y nocturnidad».