Tres años de la tragedia del Orzán
Tres agentes perdieron la vida en esta playa coruñesa al auxiliar a un estudiante que el mar se tragó en enero de 2012
Patricia Abet
En enero del 2012, tres agentes de la Policía Nacional murieron tratando de rescatar del agua a un estudiante eslovaco que participaba en una fiesta Erasmus en la coruñesa playa del Orzán. Pese a las malas condiciones climatológicas de esa madrugada, seis agentes formaron una cadena humana para intentar auxiliar al joven, pero una ola la partió por la mitad y el mar engulló a tres de los voluntarios que no dudaron en arriesgar su vida para tratar de salvar la del estudiante.
Su valentía les valió un sobrenombre, el de los «Héroes del Orzán», por el que Javier López, Rodrigo Maseda y José Antonio Villamor son recordados en la ciudad herculina y en toda Galicia. El suceso sobrecogió a una ciudadanía que vivió, a pie de playa, las labores de rescate de los cuatro cuerpos. En ellas participaron más de un centenar de efectivos que se afanaron durante más de una semana en localizar los cadáveres de sus compañeros y del joven Tomas Velicky para devolverlos a tierra.
Al margen de la Medalla de Oro al Mérito Policial con la que los efectivos fallecidos fueron condecorados, la ciudad donde prestaban servicio quiso rendirles otro homenaje que perpetuase su recuerdo en el tiempo. En esa escultura —blanca y carente de ornamentos levantada cerca del lugar donde sus compañeros los vieron por última vez— es frecuente encontrarse ramos de flores. También algún que otro mensaje. Homenajes anónimos que simbolizan el agradecimiento de un pueblo conocedor de la dureza del mar y que no olvida a los que le plantan cara para salvar vidas.
Quienes estuvieron en el lugar de la tragedia aquel fatídico 27 de enero recuerdan que había alerta naranja por el estado del mar y que las olas alcanzaban los cinco metros de altura. En su relato se entremezclan las imágenes de una noche en la que el Atlántico se mostró implacable con la impotencia de ver cómo sus amigos se les iban de las manos.
«Porque eran amigos, además de compañeros», reconocían los agentes que estaban de servicio aquella noche en el homenaje que La Coruña brindó, a los fallecidos y a sus familias, tres meses después de la fatídica madrugada en la ensenada del Orzán. Durante el acto, uno de los participantes pronunció unas palabras que resumen el sentimiento del pueblo gallego: «Nuestros héroes del Orzán serán siempre un ejemplo de generosidad, sacrificio, valentía y vocación de servicio».
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