Los diputados de AGE, Antón Sánchez y Yolanda Díaz, conversan en el Parlamento
Los diputados de AGE, Antón Sánchez y Yolanda Díaz, conversan en el Parlamento - Muñiz

El PSdeG ya recela de AGE

Los socialistas reciben críticas constantes por parte de los dirigentes rupturistas tildándolos de «casta y turnistas»

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Las relaciones entre los socialistas y los diputados de Beiras no respetan esa unidad formal de acción que busca la izquierda en la oposición. El debate sobre el Estado de la Autonomía el pasado día 7 de octubre precipitó que el malestar creciente en el PSdeG, por las críticas veladas de AGE, se hiciese público. Xosé Manuel Beiras recurrió a Pérez Galdós para denostar a los partidos mayoritarios y aclaró que «estamos en un régimen de partido único» y citando al escritor canario señaló: «Los políticos se constituirán en casta, dividiéndose en dos bandos dinásticos, igualmente estériles».

La bancada socialista se sacudió y los codazos entre los diputados se sucedieron mientra alguno decía «ya está contra nosotros». La tensión soterrada fue in crescendo en sucesivas jornadas parlamentarios y el propio portavoz socialista, José Luis Méndez Romeu, aseguró que le disgustaba la actitud de AGE y sus referencias a la casta.

Otro de los incidentes se sucedió en el debate de enmiendas a los presupuestos. Beiras ironizó sobre la socialdemocracia y Abel Losada, muy rápido, le recordó que él mismo fundó en 1964 un partido socialdemócrata.

Yolanda Díaz tampoco oculta su animadversión a la dirección federal socialista. La letanía del pacto dinástico la repite cada vez que tiene ocasión y los socialistas se cansan de la discípula de Julio Anguita. El argumentario del PSdeG busca la contundencia y recuerda que los servicios que reclaman los rupturistas fueron puestos en marcha por socialistas con la oposición de IU, en muchas ocasiones. Ayer mismo, el diputado José Ramón Val, les espetó: «Comparezco en esta cámara como miembro de un partido que implantó la sanidad pública y universal». Sin embargo AGE sigue a lo suyo y recuerda que en su política «prima la democracia de los derechos, a la democracia de los consensos».

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