Los furtivos se abonan a la legalidad

Cansados de la presión policial a la que son sometidos a diario, un centenar de mariscadores de la ría de Ferrol ha decidido dar la cara y pedir ayuda para regularizar su situación. «No somos delincuentes y lo único que queremos es trabajar y poder llevar a nuestros hijos un pedazo de pan», han explicado antes de iniciar una marcha hasta el ayuntamiento de Ferrol. Según los portavoces de este colectivo al margen de la ley, «hemos decidido dar la cara porque estamos cansados». De sus palabras se desprende la contundencia con la que las autoridades atajan el problema del furtivismo en la costa gallega, cuyos operativos se dispararon en un 50 por ciento el último año.

Los mariscadores que están fuera de la ley critican que «nos quitan los trajes de neopreno y nos mandan para casa casi desnudos, solo con el chuvasquero».

Los que realizan esta ancestral labor de una manera legal aseguran que los furtivos «esquilman las rías» y que venden el producto sin depurar, «con el riesgo que eso implica para la salud». También se quejan de que lo hacen incluso «a plena luz del día» y de que acaban con las crías, «con lo que en ocasiones solo recogemos el 25 por ciento del tope de capturas».

En su intento por cruzar la frontera de la legalidad, este centenar de furtivos ferrolanos ha llegado incluso a reunirse con el alcalde de la ciudad para pedirle mediación. Con el proceso de depuración de la ría de Ferrol en marcha, el regidor José Manuel Rey les brindó su apoyo y les recordó que ya está en marcha la concesión de nuevas licencias para faenar a pie de ría. Por su parte, los mariscadores ilegales han agradecido la mano tendida de la administración, al tiempo que han lanzado una advertencia. «Con la crisis están apareciendo nuevos furtivos, en muchos casos personas mayores de 50 años que nunca antes habían realizado estas labores», aseguran.

Durante el año 2013 los agentes de la policía decomisaron 14.000 kilos de marisco e identificaron a más de 2.700 personas implicadas en la extracción ilegal en la Comunidad gallega.