La ley permite la destilación casera solo para uso particular
La ley permite la destilación casera solo para uso particular - Muñiz

Guerra al destilado clandestino

En las últimas semanas se han intensificado las actuaciones contra la destilación no regulada. Un proceso que puede entrañar graves riesgos para el consumidor

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La destilación de bebidas alcohólicas de forma particular, permitida por ley siempre y cuando se ciña solo a un consumo personal, puede acarrear graves perjuicios para la salud. Las advertencias sanitarias a una tradición que en muchos puntos de la geografía gallega sigue vigente se extreman con la llegada de celebraciones otoñales como las fiestas populares de San Martiño o los Magostos, especialmente arraigados a la provincia de Orense. De ahí que la Guardia Civil haya intensificado en las últimas semanas los controles sobre la venta de este tipo de bebidas, en ocasiones, de dudosa procedencia. Según fuentes de la Consellería de Sanidade, los resultados de estas actuaciones policiales «dejan patente que bajo el apelativo de casero se pueden esconder bebidas alcohólicas que no se sabe dónde han sido elaboradas y que no cuentan con garantías sanitarias».

Unos ingredientes que, apuntan desde este departamento, «propician que esas sustancias corran el riesgo de ser nocivas para la salud de quien las ingiere».

Daños físicos irreparables

El peligro, señalan los expertos, está en que un mal proceso de destilación puede generar daños físicos irreparables, como la ceguera. La importancia del etiquetado a este respecto es máxima, porque garantiza que este complejo proceso se ha llevado a cabo atendiendo a los controles de calidad que marca la ley. Son las conocidas como cabezas y colas (dos de las tres fracciones que se diferencian en los destilados, junto con el corazón) las que más preocupan a las autoridades sanitarias. En ellas se concentran impurezas como el metílico, el furfural o la acetoína, muy nocivas para la salud. Por eso deben desecharse siempre, «porque es el corazón la única parte que está indicada para el consumo humano», aclaran los profesionales del gremio.

En el caso de Galicia, con una cultura muy ligada a la ingesta de bebidas como el orujo, lo recomendable es evitar las aguardientes o los licores que no han sido etiquetados. Es decir, los que se vende en botellas blancas o, en algunos casos, en envases rellenados. Llegados a este punto, desde el sector aclaran que «el calificativo casero no es siempre sinónimo de calidad» y que los riesgos de una destilación clandestina son «muchos y muy peligrosos». Así, y aunque la legislación actual permite destilar para un consumo particular (pero no para la venta), desde Sanidade animan a los compradores a «desconfiar» cuando se ofrece un producto de esta procedencia «previo pago». A la hora de comprobar el etiquetado, el consumidor debe verificar que el precinto haya sido expedido por el Consello Regulador, que controla la evolución de todo el proceso.

Campañas de control

Con el objetivo de detectar ventas fraudulentas, el Gobierno gallego ha puesto en marcha una campaña en almacenes, cafeterías, bares, restaurantes y otros establecimientos de consumo colectivo a través de la que se verifica que las bebidas que están a la venta han seguido todos los procesos de control exigidos. Este seguimiento estará acompañado de una campaña informativa que busca que sean los propios consumidores los que den la voz de alarma. «Es responsabilidad de todos rechazar este tipo de productos que pueden dañar la salud y que deterioran la imagen de los que producen las bebidas con calidad», aseguran desde el Gobierno gallego.

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