Joan Ribó escoge «a dedo» a sus escoltas entre agentes sin experiencia previa

La selección de escoltas por parte del alcalde de Valencia, Joan Ribó, está levantando ampollas entre el colectivo policial por la forma de llevar a cabo el procedimiento.

Según explican, habitualmente los agentes son elegidos por parte del intendente general de la Policía Local de acuerdo con criterios técnicos y bajo la supervisión de la Concejalía de Seguridad. Posteriormente, son los grupos municipales los que eligen a sus escoltas tras haber pasado por esta criba previa. En el caso de Ribó, denuncian que han sido directamente designados desde Alcaldía sin el control de la Jefatura de Policía.

Las fuentes consultadas critican que se trate de personas sin experiencia previa en este campo, pese a que existe alrededor de un centenar de profesionales que han ejercido la función durante varios años con los diferentes grupos políticos en el Ayuntamiento.

«Entendemos que quiera a algunos de su confianza, pero no que la selección sea entre agentes que no han trabajado como escoltas, cuando hay casi cien que también han estado con concejales del PSPV o Esquerra Unida, no sólo del PP», indican.

En total han sido ocho los profesionales elegidos por Ribó, a los que esta falta de experiencia, de hecho, les obligará a realizar un curso de preparación durante varias semanas. Antiguamente, los escoltas cobraban, aparte de la uniformidad, 600 euros en dietas.

Hasta el momento, los elegidos trabajaban como agentes en la calle, aunque la mayoría tiene un punto en común, y es su pertenencia al sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.). Entre dos de ellos, además, existe relación de parentesco, y otro es familiar de una diputada socialista en el Congreso.

Las fuentes critican la «premura injustificada» y la «falta de transparencia» con la que se ha realizado esta elección, y esperan que estas cuestiones se aclaren en la mesa técnica que se celebrará mañana.

Supervisión de la Concejalía

Desde el Consistorio, sin embargo, aseguran que todo se ha llevado a cabo con el «visto bueno» de la Concejalía de Seguridad y niegan que haya habido «algún problema».

La selección directa de estos profesionales se une a la polémica desatada por la orden de ponerle un servicio de seguridad a Ribó. Fue antes de tomar posesión de su cargo el pasado junio cuando anunció que renunciaba a llevar escoltas porque quería « estar en contacto con la gente, y no aislado en una burbuja con un gasto innecesario». Únicamente bicicleta, transporte público, y coches oficiales sólo para los actos de representación.

La situación ahora ha cambiado y el alcalde de Valencia ha aceptado el servicio –por recomendación de la Policía Local– ante la proximidad del 9 d’Octubre y la amenaza yihadista derivada de las maniobras de la OTAN que se celebrarán entre el 3 de octubre y el 6 de noviembre en Bétera.

El origen de la recomendación generó un rifirrafe político la pasada semana, cuando desde Alcaldía aseguraban que la orden provenía del Ministerio del Interior. Horas más tarde, el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz aclaraba que no había impuesto ni recomendado la escolta para Ribó.

El primer edil ha incidido durante los últimos días en que fue la Policía Local la que le trasladó esta necesidad por el «nivel 4» (en una escala de 5) de riesgo.

El pasado martes remarcó que entiende la sugerencia, aunque no es su preferencia y no le hace «mucha gracia» pero, incidió, «dicen que va en el cargo». La exigencia, eso sí, pasa por que los agentes vayan «en bicicleta o caminando» –como se traslada él habitualmente–, sean «los mínimos posibles» y estén «lo más lejos posible».