Imagen de de la antigua tienda de Farinetti en Valencia
Imagen de de la antigua tienda de Farinetti en Valencia - efe
ECONOMÍA

La mayoría de comercios históricos de Valencia renegocia sus rentas

Algunos de los establecimiento con más solera de Valencia se han trasladado ante la inminente subida de precios

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La mayoría de los comercios históricos valencianos que poseen contratos de alquiler de renta antigu a ha ido renegociando las rentas ante la aplicación de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) de 1995, aunque hay algunos que se han trasladado ante la inminente subida de precios.

Existen comercios cuyos dueños se han jubilado y ha cesado la actividad y otros que se trasladan de local, pero son "muy pocos" los que tienen problemas ante el fin de la renta antigua, según ha indicado a EFE la confederación de comerciantes COVACO.

Las asociaciones de comerciantes de la Comunitat Valenciana coinciden en que comenzaron hace "tantos años" a informar y asesorar sobre este asunto que "el que más y el que menos ha buscado una solución", ha manifestado la gerente de la asociación de Comercios del centro histórico de Valencia, Julia Martínez.

La LAU de 1995 establecía una moratoria de veinte años para que los negocios de renta antigua firmada antes de mayo de 1985 actualizaran sus acuerdos de alquiler antes de fin de este año, y las asociaciones valencianas ya comenzaron a asesorar a los comerciantes hace once años.

"Muy pocos tienen problemas", según COVACO, que indica que en general este problema está "casi resuelto" para la mayoría de los comercios históricos que ya han renegociado las condiciones de alquiler con el arrendador.

La confederación de empresarios del comercio valenciano CECOVAL coincide en que los comercios disponían de toda la información y ha sido "una transición bastante lógica".

Pero siempre hay excepciones, y una de ellas es la tienda de relieves y grabados Luis Farinetti, el primer comercio que abrió, hace casi 120 años, en la calle La Paz de Valencia.

La cuarta generación de este comercio, la biznieta del fundador, Gema Salas, decidió trasladarse "a la vuelta de la esquina" hace un año "en vista" de que no iba a poder llegar a ningún acuerdo y no iba a poder continuar en la calle La Paz.

Se llevó la puerta, el escaparate de madera, el cristal de la entrada y el mostrador y, con la ayuda de un carpintero, abrió en la calle de al lado, sin bajar de la misma acera, según ha relatado en declaraciones a EFE.

"Tendríamos que tener una facturación muy grande" para hacer frente al gasto que hubiera supuesto el nuevo alquiler en una calle "prohibitiva" en la que casi todos los locales que están abriendo son "franquicias y cafeterías", explica.

La propietaria de Luis Farinetti reconoce que el nuevo local es "una monada" y de mayores dimensiones, pero "hay que ser realistas", no es la calle de La Paz en cuanto a tránsito de potenciales compradores.

"Siempre se pierde algo, pero ha sido la mejor solución", opina Salas, tras recordar que cuando Luis Farinetti abrió su tienda de grabados en 1897 la vía se llamaba Avenida Peris y Valero, pero se convirtió en La Paz tras su destrucción durante la Guerra Civil y su reconstrucción gracias a un concurso de arquitectos.

Aunque no se trata del mismo caso, la Horchatería El Siglo, en la plaza de Santa Catalina de Valencia, cerrará el próximo 31 de diciembre al finalizar el contrato de 50 años pactado y jubilarse sus gerentes.

Han intentado comprar el local, "lo más lógico", pero siempre han obtenido "un no por respuesta" y ahora los dueños del inmueble han decidido "vender la finca, de la noche a la mañana", han explicado a EFE los gerentes del negocio.

El alquiler que pagan se actualizó hace dos años, por lo que no se trata de un problema de renta antigua de un edificio protegido.

En el centro de Alicante, un comercio de alimentación que nació en 1945 como ultramarinos y ha ido evolucionando a tienda de productos 'gourmet' y 'delicatessen', negoció antes del verano pasado la actualización de la renta para no perder todos los derechos sobre el local, con el fin de mantener su buena ubicación.

Este comerciante ya había revisado el alquiler con anterioridad, por lo que el salto no ha sido tan grande: de 500 euros al mes ahora paga el doble.

El arrendador de este comercio también prefirió llegar a un acuerdo sobre la nueva renta que beneficiara a las dos partes a cambio de una continuidad del local durante otros diez años.

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