Así forjó su fortuna Peter Lim, el nuevo dueño del Valencia Club de Fútbol

Peter Lim, un millonario singapurense de 61 años tan esquivo con los medios de comunicación como cercano en las distancias cortas, llega al Valencia. Hijo de un vendedor de pescado y una ama de casa, pasó su infancia en una vivienda modesta de Bukit Ho Swee, en la que debía acampar con un colchón por las noches para buscar un trozo de suelo junto a sus tres hermanos y cuatro hermanas. Singapur le ofreció el bien más apreciado: una educación en la prestigiosa Raffles Institution, una escuela pública donde se han formado los mejores hombres y mujeres de cada generación.

Graduado en finanzas por la Universidad de Western Australia en Perth, compaginó sus estudios con trabajos de camarero, taxista o cocinero antes de volver a Singapur para convertirse en pocos años en el rey de la bolsa y construir una fortuna de más de 2.500 millones de dólares

-es el noveno hombre más rico del país-.

Sus primeras inversiones fueron en la compañía Wilmar, líder mundial en la producción de aceite de palma, con la que obtuvo unas ganancias de 1.500 millones de dólares cuando vendió sus acciones. Hoy en día tiene intereses económicos en el sector de la restauración y la salud, varias cadenas de tiendas de lujo y es accionista y miembro del consejo de dirección de la escudería MacLaren de Fórmula 1. Además, junto a la familia real de Johor en la vecina Malasia, construye un centro para deportes de motor y un complejo hospitalario en Iskandar.

Divorciado de su primera mujer, Teo Geok Fong, que es la madre de sus hijos Kim, de 22 años, y We Kiat, de 20, está casado desde hace más de una década con una antigua estrella de la televisión local, Cherie Lim, dieciséis años más joven que él.

Aterriza pues en Valencia el magnate y filántropo Peter Lim, un hombre hecho a sí mismo y un modelo en una sociedad como la singapurense donde el mérito es el principal y más seguro valor para ascender y que ha hecho de Singapur uno de los países con mayor renta per capita del planeta, 55.182 dólares, casi el doble de la española.

Lim es un hombre sencillo que disfruta, como la mayoría de los singapurenses, de su familia y los placeres de la comida local, siendo el mee siam, el mee rebus o el lontong, algunos de sus platos favoritos, cuyos ingredientes principales son los fideos y el arroz.

Lim consigue finalmente cumplir el sueño de ser propietario de un equipo de fútbol de nivel mundial como es el Valencia, tras una oferta fallida en 2010 por hacerse con el control del Liverpool y desencuentros con la familia Gil para entrar en el accionariado del Atlético.