Janet Yellen, expresidenta de la Reserva Federal, será la primera mujer en dirigir el Tesoro de EE.UU.

Aunque ha seguido una línea centrista, es muy probable que sea vista con buenos ojos por el partido demócrata e incluso por un buen número de republicanos

Janet Yellen, en una imagen de 2017 AFP

Javier Ansorena

Joe Biden prometió un Gabinete diverso y empieza a cumplirlo. El presidente electo de EE.UU. va a nominar a Janet Yellen, la expresidente de la Reserva Federal, como secretaria del Tesoro . Yellen se convertirá en la primera mujer en ostentar el cargo en los 231 años de existencia del Tesoro de EE.UU.

Biden todavía no ha hecho un anuncio oficial del nombramiento, que fue adelantado por ‘The Wall Street Journal’ y que los grandes medios estadounidenses dan por hecho.

Biden aseguró la semana pasada que su elección sería una persona «que será aceptada por todas las corrientes del partido demócrata, tanto progresistas como moderados». Es muy probable que Yellen, aunque ha seguido una línea centrista , sea vista con buenos ojos por el partido e incluso por un buen número de republicanos.

A sus 74 años tiene una amplia experiencia como reguladora y economista de prestigio y estuvo al frente del principal regulador financiero de EE.UU., la Reserva Federal, entre 2014 y 2018. Donald Trump no mantuvo la tradición de los últimos tres presidentes de la Fed fueran reelegidos para el cargo por la Casa Blanca y la sustituyó por Jerome Powell, con quien Yellen tiene una buena relación.

La próxima secretaria del Tesoro llegará al cargo en un momento convulso, después de un parón económico provocado por la pandemia de Covid-19 que ha dilapidado buena parte del éxito económico de la presidencia de Trump y con la expectativa de que el invierno traiga más restricciones. Su primera encomienda será negociar los nuevos paquetes de ayuda por el coronavirus , después de que hayan estado bloqueados en el Congreso por la creciente polarización entre demócratas y republicanos.

Al frente de la Fed, navegó con cautela la gran recuperación económica tras la crisis de 2008-2010 y fue criticada por no acelerar la subida de tipos a mayor ritmo, pero sus decisiones fueron la base del gran crecimiento de actividad y de empleo en la recta final de la Administración Obama y en los tres primeros años de la de Trump.

Entonces, su papel como reguladora le permitía mantener independencia ante las presiones del Gobierno. Ahora tendrá que ceñirse a implementar la política económica de Biden y pelearse con el Congreso.

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