El abogado de Trump relaciona, sin pruebas, a Indra con un fraude electoral del que tampoco hay evidencias

La empresa española ha desmentido cualquier relación con la empresa de software electoral que cita Rudy Giuliani

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La última teoría conspiradora que ventilan Donald Trump y sus aliados sobre las elecciones en EE.UU. afecta a una compañía española, la tecnológica Indra. Rudy Giuliani , ex alcalde de Nueva York y abogado personal del presidente de EE.UU., aseguró esta semana en Fox News que una de las compañías de software que se utilizan en algunos estados del país, Dominion Voting Systems, pertenece a la empresa española.

«Dominion es propiedad de otra compañía, Smartmatic, a través de una intermediaria llamada Indra», dijo Giuliani. «Fue creada en 2002 o 2003 por tres venezolanos muy cercanos al dictador Chávez , y se montó para amañar elecciones», añadió sobre Dominion,y después enredó más su declaración: «Dominion es una compañía canadiense, pero todo su software es de Smartmatic, así que todos los votos van a Barcelona, en España». Giuliani, que no ofreció ninguna prueba de esas declaraciones, había advertido el día anterior que tenía información de «soplones» de Dominion.

Indra desmintió ayer las afirmaciones de Giuliani, que fue fiscal y alcalde en Nueva York y en los últimos años ha sido muñidor de asuntos turbios de Trump, como la búsqueda de información perjudicial de la familia de Joe Biden . «Indra nunca ha desarrollado ningún proyecto de gestión de procesos electorales con Dominion ni con Smartmatic», dijeron a 'Vozpopuli' fuentes de la empresa. «Y nunca ha tenido ninguna relación contractual o comercial con esas dos empresas, que son competidoras de Indra».

Desde las elecciones del pasado 3 de noviembre, Trump y sus aliados han tratado de defender la existencia de un fraude masivo. El pasado sábado, Biden se confirmaba como ganador después de asegurarse un número superior a 270 electores (los compromisarios que eligen al presidente) en las proyecciones que hacen los grandes medios estadounidenses.

El presidente, que fue por debajo en las encuestas durante toda la campaña, advirtió mucho antes de la cita electoral de que se produciría un « fraude masivo » por la ampliación del voto por correo y que cualquier resultado que no fuera su victoria sería una «elección amañada».

Con los resultados en su contra, Trump y sus aliados han redoblado las acusaciones de fraude, sin evidencias que las soporten. Una de ellas es alrededor de Dominion. El jueves, Trump alegó, sin pruebas, a la compañía de software electoral, una entre otras que se usan en los diferentes estados, de «borrar» 2,7 millones de votos suyos en todo el país. En Pensilvania, un estado decisivo, aseguró que la compañía «cambió 221.000» suyos a Biden y que se borraron 941.000 votos que le pertenecían.

Las acusaciones de Trump son infundadas. Varios condados de Michigan y Georgia tuvieron problemas con máquinas que utilizaban el software de Dominion, pero en ningún caso se produjeron los problemas de los que habla el presidente. En un condado de Michigan se contabilizaron 5.500 votos a favor de Biden que eran de Trump, pero quedó demostrado que fue un error humano de los empleados electorales. Algo similar ocurrió en el otro condado de Michigan. En tres condados de Georgia los problemas tuvieron que ver con retrasos en el conteo, pero no con que hubiera errores.

Las acusaciones de Trump contradicen el análisis de su propia Administración. «No hay pruebas de que ninguno de los sistemas de votación haya eliminado o perdido votos , haya cambiado votos o haya sido manipulado de ninguna manera», dijo el jueves el Comité Ejecutivo del Consejo de Coordinación de Infraestructura Electoral, que depende del ministerio de Seguridad Nacional. «Las elecciones del 3 de noviembre fueron las más seguras en la historia de EE.UU.», añadió.

Tras la publicación del comunicado, el máximo responsable de enviarlo, el director de la agencia de Ciberseguridad del Departamento de Seguridad Nacional, Christopher Krebs , dijo a varios allegados que esperaba un despido rápido, pero que no le importaba, según informa Reuters.

Momentos después, un grupo de más de 150 exfuncionarios de seguridad nacional advirtió en una carta abierta, que esperaban que leyera Trump, que retrasar la transferencia de poderes representaba « un grave riesgo para el país ».

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