Dos vidas de servicio truncadas en el accidente de avión de Etiopía

Una gallega y un catalán, que viajaban para tareas sociales, entre las víctimas del accidente de avión de Etiopía

El ingeniero catalán Jorgi Dalmau, de 46 años ABC

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Entre los 157 pasajeros que el pasado domingo perdieron la vida en el accidente de avión de Etiopía se contabilizaron hasta 35 nacionalidades distintas. Entre ellos, dos españoles que viajaban con destino a Nairobi (Kenia) y cuyo destino se truncó a los seis minutos de iniciar el vuelo por razones que la Agencia Europea de Seguridad Aérea ya está investigando. El primer fallecimiento en notificarse fue el del ingeniero catalán, Jordi Dalmau , de 46 años, que volaba a la ciudad keniata por motivos laborales. Según ha trascendido, trabajaba en la empresa Almar Water Solutions, especializada en el desarrollo de infraestructuras de agua, y debía llegar a Nairobi para continuar con un proyecto en el que estaba inmerso.

El segundo eco de esta tragedia resonó en tierra gallega en la madrugada del lunes, con la noticia de que la segunda fallecida era Pilar Martínez , una vecina de la localidad pontevedresa de Cangas de 32 años de edad que pisaba por primera vez el continente africano como cooperante. La llamada del Ministerio de Exteriores confirmó a la familia de la joven la fatal noticia, sitúandola en la aeronave siniestrada tras hacer escala en Adís Abeba, camino de Kenia. Su destino era un campamento de niños donde iba a dar clases de inglés. Una muestra de su faceta solidaria que ayer amigos y familiares recordaban en Cangas y sobre la que la pontevedresa ya había planeado hacer un segundo viaje a Mozambique. «Estamos totalmente destrozados, la gente no sale de su asombro porque un accidente así nos vaya a tocar a nosotros. Fue la lotería que nadie quiere, la peor de ellas» manifestó ayer a ABC el alcalde del municipio natal de Pilar Martínez, Xosé Manuel Pazos .

Conscientes del trance que la familia de la fallecida atraviesa -muy conocida en la zona por el taller de coches que su hermano regenta- desde el ayuntamiento se ofrecieron a colaborar «en todo lo que precisen a nivel burocrático, porque el proceso de repatriación va a ser largo y farragoso», indicó el regidor a sabiendas de que antes de que el cuerpo regrese a España deberán cumplimentarse numerosos trámites, empezando por la identificación de los restos y la posterior autopsia.

Tres días de luto oficial

Con las banderas a media asta y tres días de luto en la localidad, ayer se recordaba que Pilar pasó unos días en la casa familiar el pasado mes de febrero que aprovechó para trasladarles la aventura humanitaria en la que se iba a enrolar con una amiga catalana. Ella vivía desde hace tiempo en Inglaterra, pero sus visitas a Cangas eran frecuentes e incluso seguía censada en esta localidad, donde cursó buena parte de sus estudios. Este estrecho vínculo con el pueblo explica que ayer -en esta localidad de apenas 25.000 habitantes- nadie permaneciese ajeno al duelo y el sufrimiento.

«La gente me para por la calle porque es increíble, no salimos de nuestros asombro », insistía el alcalde a propósito de una jornada negra para los cangueses. A espera de conocer cuándo se procederá a la repatriación de la joven canguesa, y para presevar la intimidad de la víctima, la familia de Pilar Martínez solicitó ayer que los medios no se hiciesen eco de ninguna de las imágenes de su hija que aparecen en las redes sociales.

El Boeing 737 de Ethiopian Airlines se estrelló el domingo minutos después de haber despegado del aeropuerto de la capital etíope. Los restos del aparato, que desapareció de los radares al poco de iniciar el vuelo, fueron localizados cerca de la localidad de Bishoftu, situada unos 42 kilómetros al sureste de Adis Abeba. Fue el propio piloto de la aeronave el que advirtió a la torre de control de que estaba teniendo problemas, por lo que solicitó regresar al aeropuerto de partida. La respuesta de los controladores fue positiva, pero el avión no pudo remontar el fallo y se precipitó sin que ninguno de los pasajeros ni de los miembros de la tripulación sobreviviesen al violento impacto.

Además de los dos españoles confirmados, en la lista de pasajeros del avión figuraban una decena de trabajadores del Programa Mundial de Alimentos , operarios de otras agencias de la ONU y cooperantes de distintas oenegés.

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