La victoria talibán o cuando la Historia no la cuenta Estados Unidos

Dos momentos, dos fotografías que hablan del nacimiento y caída de una idea que la primera potencia ha representado con verosimilitud, pero la verdad en tecnicolor se ha impuesto en Afganistán

Foto que circula por las redes y que se burla de la iconografía de Estados Unidos Izquierda-foto talibán/Derecha-foto de Joe Rosenthal

Alexia Columba Jerez

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No importa la verdad, importa lo que la gente crea, es una regla sacrosanta de la propaganda para destruir al enemigo en todos los campos, empezando por el psicológico. Los símbolos sintetizan ideas que van directamente a las entrañas y llegan hasta la médula, arremetiendo o alzando lo que mueve a todo un pueblo . Y el último movimiento que atribuyen a las fuerzas talibanes es una declaración en toda regla dirigida al imperio estadounidense. Atacar por redes sociales una fotografía, con historia y para la historia, que representa el espíritu de una nación, una imagen icónica de 1945 , el izado de la bandera estadounidense durante la batalla de Iwo Jima en el monte Suribachi.

Acabar con un símbolo para convertirlo en burla es una carga de profundidad que viene a sumar otro clavo a una retórica americana que en los últimos días ha perdido lustre ante el observador internacional, y donde el escepticismo impera. El objetivo talibán es afianzar la idea del «tocado y hundido» y su propaganda ha movido ficha en un tablero de equilibrios de poder , donde una palabra o una imagen, de más, marca la diferencia. En tiempos virales distintas publicaciones se han hecho eco de una reinterpretación, entre ellas 'Marine Corps Times' , un periódico en el que escribe personal activo o retirado del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos.

En la foto talibán en color, en un primer vistazo , el armamento usado se muestra sofisticado y los combatientes parecen apartarse del atuendo que habitualmente vemos entre el ejército afgano. Los expertos de la marina lo identifican como una unidad de élite de los talibanes , llamado Badri 313 , portando gafas de visión nocturna, botas de combate y equipo táctico levantando una bandera del emirato talibán. Todo material estadounidense que el ejército afgano se habría apropiado y que suma ironía a una foto del conquistador alzando su bandera y usando herramientas de la primera potencia para conseguirlo. No es la primera vez que exhiben por redes el botín extranjero con una foto finish triunfal.

El batallón Badri toma su nombre de la victoria del profeta Mahoma durante la batalla de Badr en el siglo VII . Marcan su territorio y como diría Elias Yousif , subdirector del Monitor de Asistencia de Seguridad del Centro de Política Internacional «cuando un grupo armado tienen en sus manos armas de fabricación de EE.UU, es una especie de símbolo de estatus». Y las palabras de Jake Sullivan , asesor de seguridad nacional en la Casa Blanca , fueron claras en una declaración de hace una semana, cuando remarcaba que no tenían una idea clara del destino que había tenido el material de defensa del ejército estadounidense, pero una buena parte admitía que había terminado en manos de los talibanes .

Una idea en blanco y negro

Pero la historia pasada de esta foto actual parte de esa imagen original de la derecha que muestra a seis soldados estadounidenses izando la bandera, después de una lucha encarnizada en la colina más alta de Iwo Jima. Una fotografía de Pulitzer, del fotógrafo de Associated Press Joe Rosenthal , de la que se hizo una escultura sobre el río Potomac. Rosenthal que fue rechazado por el ejército por problemas de vista hizo ese día la foto de un segundo intento de izar una bandera, una más grande . Una instantánea sacada en el momento oportuno.

Sin embargo, aunque el conflicto en Iwo Jima se prolongaría otro mes más, llevándose seis mil vidas y veinte mil heridos en un objetivo de guerra que la primera potencia inicialmente pensó que sería fácil de derrotar. Pese a todo, los soldados que lucharon allí declararon que esa bandera les sirvió de inspiración. Una imagen demasiado perfecta para ser cierta, «una manipulación», fue la acusación más común de la que Rosenthal tuvo que defenderse toda su vida. En cuanto a la foto de ahora , representada por los talibanes, su procedencia no ha podido ser verficada, pero una vez más la historia se repite, lo esencial para toda propaganda no es lo que se mueve detrás del telón, lo importante es el impacto final del estado de una nación resumida en una imagen.

Estados Unidos, el mayor exportador de armas del mundo, ha dejado tras de sí equipo de combate de última generación. Solo se puede quebrar al enemigo si tiene puntos por el que colar un hiriente sarcasmo , como decía Albert Camus, un humanista de la palabra, «la tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas». La libertad en barras y estrellas es ahora de propiedad y de marca talibán .

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