La UE ofrece más ayuda económica a África para que controle la emigración

A apenas a 166 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa, la Unión Europea prosigue hoy su cumbre sobre inmigración, que ha reunido a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE con sus homólogos de los países africanos miembros de los procesos de Rabat y de Jartum, los representantes de la Comisión de la Unión Africana y de la Comisión de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental, Naciones Unidas y la Organización Internacional para las Migraciones. Los europeos necesitan convencer a los estados africanos de que gestionen «de forma razonable» el flujo de emigrantes que llegan al Viejo Continente.

Como elemento de persuasión cuentan con un fondo fiduciario de 1.800 millones de euros que irá destinado al fomento del desarrollo en África.El objetivo de esta ayuda es conseguir que los países de origen de la emigración ofrezcan mayores posibilidades de progreso personal y social y evitar así que lo abandonen.

El problema es que nadie sabe todavía de dónde va a salir el dinero y de hecho la Comisión reconoce que solo se han confirmado aportaciones de menos de 50 millones, aunque la mayoría de países han prometido anunciar hoy sus contribuciones.

España aporta por ahora tres millones de euros y, según fuentes del Gobierno, ya trabaja en la elaboración de proyectos que puedan servir a los propósitos del plan. El Ejecutivo español ha defendido siempre una política global, preventiva y común, y no solo medidas de choque cuando el problema es más acuciante. Por eso, defiende un mayor control de las fronteras exteriores y mayor cooperación con los países de origen.

«No tenemos otra elección que ser socios, mantener un diálogo franco, incluso en asuntos difíciles» dijo en su discurso inaugural el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, en su intervención al inicio ayer de la reunión de líderes de ambas orillas del Mediterráneo. Los más de sesenta dirigentes han recibido la bienvenida en el Albergue de Castilla, sede del Gobierno de Malta, que se construyó sobre el antiguo albergue de los caballeros españoles del siglo XVI y en cuya fachada puede verse un escudo de las lenguas castellana y portuguesa de la Orden Soberana de Malta. La ceremonia inaugural se llevó a cabo en la Plaza de Castilla.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, llegó ayer con retraso a causa de la presentación del recurso ante el TC y la rueda de prensa posterior que ofreció en La Moncloa. En su intervención, Rajoy defendió que «es básico asegurar que los flujos migratorios sean ordenados». «La migración, si está bien gestionada, puede ser beneficiosa y positiva para el país de destino, cuya economía y sociedad pueden dinamizarse con la llegada de extranjeros; para el propio inmigrante, que puede tener un mayor desarrollo personal y profesional, y para el país de origen, que recibirá remesas económicas pero también transferencia de remesas inteligentes», subrayó. Para lograr ese fin, Rajoy sostuvo que debe primarse la migración legal, siempre en relación con las necesidades de los mercados laborales.

En su intervención, insistió en que debe distinguirse claramente entre la inmigración legal y la irregular, «que debe ser evitada». «La cooperación en el control de las fronteras y en el retorno y readmisión son clave». Los líderes guardaron un minuto de silencio al comienzo de la cumbre, en memoria de todos los fallecidos. Hoy mismo, cuando termine la cumbre con los países africanos se celebrará una reunión informal de los 28 jefes de Estado y de Gobierno de la UE, convocada por Tusk para analizar las medidas que se han adoptado sobre el acogimiento de los refugiados y darles un nuevo impulso. En esta reunión, lo más importante será mantener la unidad de los propios europeos ante las tremendas tensiones que ha generado la llegada masiva de refugiados.