Turquía mata a 54 milicianos del PKK en cuatro días

La guerra entre el Estado turco y los milicianos kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) continúa en los distritos de Cizre y Silopi, en el sureste del país, cerca de la frontera con Siria. En cuatro días de enfrentamientos urbanos, 54 guerrilleros han muerto, según publica un medio estatal. Además, de acuerdo con testigos de la zona, los combates y disparos han continuado durante la mañana del viernes.

El pasado mes de julio se reactivó la guerra entre Ankara y el PKK, en la que han muerto más de 40.000 personas desde 1984. No obstante, en los sangrientos años 90, los combates se centraban especialmente en las montañas, pero ahora estos se han trasladado a los núcleos urbanos de las provincias con población mayoritariamente kurda.

Toques de queda

La pasada noche del lunes comenzaba en Cizre y Silopi el último de los 52 toques de queda militares que, según datos de la Fundación de los Derechos Humanos de Turquía, ha ido imponiendo el Gobierno desde mediados de agosto. En total, 1,3 millones de personas se han visto afectadas por esas medidas extraordinarias.

En los toques de queda, las fuerzas de seguridad obtienen mayores poderes de actuación y la actividad comercial y social se detiene. No obstante, parece que el de Cizre y Silopi, que no tiene por el momento fecha límite, está siendo especialmente férreo. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, aseguró el jueves que esta operación continuaría hasta que todos los miembros del PKK fueran «aniquilados». Según medios locales, el despliegue ordenado por Ankara incluye alrededor de 10.000 policías y militares apoyados por tanques.

«El problema es que es muy difícil diferenciar entre civiles y miembros del PKK o de las YDG-H [considerada la organización de las juventudes del PKK]. Por ejemplo, hay muchos jóvenes de entre 15 o 16 años que van al colegio pero que también simpatizan con el movimient», explica Berkay Mandiraci, investigador de Crisis Group, una ONG especializada en la prevención de conflictos.

El pasado domingo miles de profesores de la zona recibieron un mensaje de texto que les instaba a abandonar Cizre y Silopi antes de que arrancara el toque de queda.

Para el primer ministro Ahmet Davutoglu, la estrategia de imponer toques de queda es «la operación más exitosa de los últimos 30 años». No obstante, Mandiraci teme que estas medidas no hagan más que aumentar la polarización de la sociedad turca, así como radicalizar a la juventud kurda de las provincias del sureste del país.

Tras más de dos años de tregua, después de un atentado en la localidad de Suruç atribuido por el Gobierno al autodenominado Estados Islámico, el PKK mató a dos policías y el Ejército turco bombardeó sus posiciones al otro lado de la frontera, en las zonas montañosas de Irak. Eso puso fin a las conversaciones de paz entre Ankara y el fundador del PKK, Abdullah Ocalan, encarcelado desde 1999. El PKK está en la lista de organizaciones terroristas de Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea. No obstante, en el lado Sirio de la región del Kurdistán, las milicias del YPG son aliadas de Washington en la lucha contra los terroristas del Estado Islámico, mientras que Turquía las considera una simple extensión del PKK.