Turquía cierra el caso del asesinato de Khashoggi para congraciarse con el líder de Arabia Saudí

Según la CIA, el periodista saudí, colaborador del Washington Post, fue ejecutado y desmembrado en 2018 en Estambul por orden de Bin Salman

La novia turca de Khashoggi habla frente al tribunal de Estambul REUTERS

Francisco de Andrés

La Justicia turca ha anunciado que cierra el 'caso Khashoggi', el asesinato del periodista saudí llevado a cabo en octubre de 2018 en el consulado de Riad en Estambul, y pasa el asunto a Arabia Saudí, donde el juicio hace mucho que concluyó.

La decisión del tribunal turco de juzgar 'en ausencia' a 26 saudíes -días después de que esta posibilidad fuera anunciada por el Gobierno de Erdogan- pone de relieve al menos dos cosas: la relatividad de la independencia judicial en Turquía, y el 'pragmatismo político' del presidente islamista Erdogan. Después de un pulso de años por cuestiones geopolíticas, el líder turco desea congraciarse con el poder en Riad por razones económicas. La apertura del 'caso Khash0ggi' en Estambul en 2020 había enfriado mucho las relaciones entre los dos países, y llevó a un virtual bloqueo saudí de las importaciones turcas. Hoy, Erdogan afronta una situación económica muy difícil en casa, con el hundimiento de su moneda y una inflación muy alta, y necesita con urgencia inversiones extranjeras.

Jamal Khasgoggi, un periodista saudí de 59 años muy conocido por sus críticas al príncipe heredero -Mohamed bin Salman, gobernante de facto por la enfermedad de su padre-, y colaborador habitual de 'The Washington Post', fue estrangulado y su cuerpo desmembrado después de que los servicios secretos saudíes le atrajeran con engaño al consulado en Estambul.

El escándalo y la protesta internacional se vieron alimentados por unas declaraciones de Joe Biden en las primarias de 2019. El hoy presidente de EE.UU. afirmó entonces que las relaciones con Arabia Saudí debían reducirse "al nivel de lo que es, un paria". Una de las primeras decisiones de Biden al llegar a la Casa Blanca fue publicar el informe de la CIA, en el que los servicios secretos de EE.UU. aseguran que el asesinato de Khashoggi fue ordenado por Mohamed bin Salman.

Este se vio obligado a admitir que la operación fue levada a cabo por sus servicios secretos, pero matizó que actuaron "fuera de control". El paripé judicial se saldó en Riad con absoluciones y cinco condenas de muerte, que luego fueron revocadas y convertidas en varios años de cárcel. Arabia Saudí se negó además a revelar los nombres de los condenados.

Las relaciones entre Arabia Saudí y la Casa Blanca siguen oficialmente congeladas, aunque en fechas recientes diplomáticos norteamericanos visitaron Riad para preparar el camino a la 'normalización de relaciones'. Una de las razones que también empujan a Biden al pragmatismo es la necesidad de convencer a los saudíes para que aumenten su producción de petróleo a causa de la guerra en Ucrania.

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