Tillerson y Lavrov conversan con el ministro de Exteriores alemán Gabriel Sigmar (de espaldas)
Tillerson y Lavrov conversan con el ministro de Exteriores alemán Gabriel Sigmar (de espaldas) - AFP

Trump tiende puentes para crear un nuevo eje Washington-Moscú

El ministro de Exteriores ruso salió convencido de su reunión en Bonn con que Rusia volverá a recibir el trato de potencia internacional con el nuevo persidente de EE.UU.

ENVIADO ESPECIAL A BONN Actualizado: Guardar
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El primer cara a cara de los jefes de la diplomacia estadounidense y rusa tuvo lugar ayer en Bonn, en el marco de la conferencia de ministros de Exteriores del G-20, y resultó todo un éxito. El secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, declaró tras el encuentro que ve «una buena base para el trabajo conjunto» entre los dos países, mientras que su homólogo Serguei Lavrov comentaba que los dos gobiernos «se entienden» y «comparten conceptos». Aunque no dieron detalles sobre esas futuras colaboraciones que parecen estar gestando un nuevo eje Washington-Moscú, fuentes diplomáticas apuntaron más tarde que posiblemente donde primero puedan confluir los esfuerzos será la lucha contra el terrorismo.

El punto más controvertido de la conversación y que con mayor tensión esperaban los socios del G-20, que todavía ayer no permitieron la participación de Lavrov en la sesión plenaria en cumplimiento de las sanciones, era el conflicto de Ucrania. Tillerson dio una de cal y otra de arena, lo que le permitió quedar bien con el resto de los ministros dejando al mismo tiempo una salida airosa al ruso.

Durante la reunión pidió a Moscú el cumplimiento de los acuerdos de Minsk y una participación más activa en la reducción de la violencia.

Sin mención a las sanciones

A modo de contrapeso y como se encargó de subrayar Lavrov, «durante la conversación no se ha dicho una sola palabra sobre sanciones». Tanto el contenido como la forma empleados por Tillerson fueron bastante más homologables que los que ha exhibido hasta ahora el presidente Donald Trump. Ambos emplazaron el devenir de esta nueva relación diplomática al encuentro personal que tendrán «lo antes posible» Trump y Putin en persona y que dará el impulso definitivo a este nuevo entendimiento.

De cara al público estadounidense, Tillerson dejó claro que nada habrá en la asociación con Rusia de filantrópico. «Está claro que nosotros, nuestros dos países, no podríamos solucionar todos los problemas», dijo, dando alas a un nuevo orden internacional en el que EE.UU. y Rusia aborden a una asuntos globales, «pero estamos de acuerdo en que allí donde nuestros». Tillerson confirmó además que el presidente Trump «está preparado para superar las dificultades en las relaciones bilaterales» y Lavrov salió convencido de que, con Trump, Rusia volverá a recibir el trato de potencia internacional que lleva reclamando prácticamente desde la caída del Muro de Berlín.

Del paso de Tillerson por el G-20 celebrado en Bonn queda también otro hecho significativo. Si bien la atención que prestó a la sesión plenaria fue más bien escasa, en apenas unas horas mantuvo bilaterales con su colega chino, Wang Yi, con el alemán Sigmar Gabriel, así como con su homólogo de Reino Unido, Boris Johnson, dejando claro que su línea de trabajo es más país por país que en el foro internacional y dejando completamente en segundo plano una institución como el G-20, que representa nada menos que tercios de la población mundial, tres cuartas partes del comercio, y sobre la que se sostiene un orden mundial que parece estar quedando obsoleto.

La mayor parte de los participantes en la conferencia de Bonn, incluidos Tillerson y Lavrov, se trasladan hoy a Múnich, donde asistirán a la Conferencia de Seguridad que trata precisamente de esclarecer las características del nuevo orden que surge del contexto de debilidad de la UE, la llegada de Trump a la Casa Blanca y la nueva estructura del flujo informativo, que juntos están dado lugar a nuevos equilibrios geopolíticos todavía en gestación.

Dastis, en Múnich

El ministro español de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, que también asistirá a la Conferencia de Múnich, está aprovechando estas citas para transmitir a Tillerson la idea de que el eje trasatlántico ha de seguir pasando por la Unión Europea. «Las señales son positivas», declaró tras la primera impresión, «como cabía esperar, estamos todos interesados y atentos en escuchar al nuevo secretario de Estado… y además trataremos de trasladarle nuestro profundo sentido de que Europa y Estados Unidos tienen que seguir siendo líderes y aliados para alcanzar los objetivos que se fijan en esta reunión».

Dastis tomará la palabra en la mesa redonda que abrirá la jornada hoy viernes y cuyo título es «Mantener la paz en un mundo complejo».

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