Trump quiere la «máquina de la verdad» en la Casa Blanca

Hace un año, el senador republicano Rand Paul deslizó que el presidente debería obligar a sus altos cargos a someterse al polígrafo

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump AFP

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Las filtraciones, los rumores vertidos a la prensa y las peleas intestinas han sido moneda común en la Casa Blanca de Donald Trump . Desde que el multimillonario neoyorquino puso el pie en el número 1600 de la avenida Pensilvania de Washington, la prensa ha ventilado las sacudidas -desde la gran política a la anécdota rosácea- en la residencia presidencial. En muchas ocasiones, Trump ha protestado de forma pública sobre los filtradores a la vez que calificaba -de forma contradictoria- que todo era mentira, «fake news», noticias falsas. Algunos de los despidos más nombrados en su equipo íntimo -su primer jefe de Gabinete, Reince Priebus, o su asesor principal, Steve Bannon- tuvieron que ver con filtraciones.

Su obsesión por las filtraciones está relacionada con la cualidad que valora por encima de todas las cosas - la lealtad a su persona - y le ha llevado a plantearse instalar polígrafos en la Casa Blanca, según ha podido saber «Politico».

«Quería pasar por el polígrafo a cada empleado del edificio para descubri r quién es el que hablaba con la prensa », aseguró un ex alto cargo anónimo al medio estadounidense. Otro reconoció que Trump hablaba «constantemente» de pedir polígrafos cada vez que sucedía una gran filtración.

No es la primera vez que se conoce el interés de Trump por emular a Julián Lago y su célebre «máquina de la verdad» -y muchos formatos televisivos similares en EE.UU.-. Hace un año, el senador republicano Rand Paul deslizó que el presidente debería obligar a sus altos cargos a someterse al polígrafo y «The New York Times» aseguró que la idea se discutió entre sus asesores.

La posibilidad de tomar la vía del polígrafo toma mayor cuerpo con el escándalo que de verdad ha puesto a Trump contra las cuerdas -el «chivatazo» sobre sus presiones al presidente de Ucrania para perjudicar al principal obstáculo para su reelección, el candidato demócrata Joe Biden -, que también viene de dentro. Lo realizó un agente de la CIA destinado en la Casa Blanca y ha supuesto el inicio de un proceso de «impeachment» o juicio de recusación contra el presidente. Trump ha dicho, a pesar de las protecciones legales que tiene el «chivato», que quiere saber quién es.

A pesar de que la credibilidad de los resultados del polígrafo es discutible, es un método utilizado en algunas agencias gubernamentales, como la propia CIA. Además, no es la primera vez que lo plantea una Administración: el que fuera director nacional de inteligencia de Barack Obama, Jim Clapper , exigió que varios agentes pasaran por la «máquina de la verdad» por filtraciones de material clasificado a la prensa y Ronald Reagan , uno de los presidente más reverenciados por Trump, se planteó que fuera parte del día a día del Gobierno.

La única reacción oficial al asunto proviene de Stephanie Grisham, la jefa de prensa de Trump: «Creo que el presidente y todo el mundo en la Administración tiene derecho a estar frustrado e incluso enfadado por las filtraciones», aseguró en respuesta a las informaciones de «Politico». «He estado con el presidente desde 2015 y puedo decir inequívocamente que nunca le he oído sugerir el uso de polígrafos para parar las filtraciones».

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación