Trump presiona para que todos los estados armen a sus profesores

El plan de la Casa Blanca apoya blindar los colegios con 50 millones de dólares al año

Varios activistas del control de armas, arrestados en el edificio del Capitolio en Washington AFP | Vïdeo: Así es el plan sobre armas y seguridad de Trump

MANUEL ERICE

La matanza de Parkland ha supuesto un punto de inflexión para Estados Unidos. El camino abierto la semana pasada por Florida, con el primer programa específico para armar a los profesores de los colegios, podría tener continuidad en una próxima legislación federal. El plan de la Casa Blanca sobre armas de fuego confirma el objetivo prioritario de Donald Trump de blindar los centros educativos, con una propuesta que obligaría a los cincuenta estados de la Unión. El proyecto respalda una iniciativa que ya tramita el Congreso y que prevé de momento una partida de 50 millones de dólares al año. Según el borrador, empleados y profesores con experiencia previa, y con un perfil determinado, recibirían el entrenamiento y la posterior licencia para portar armas dentro de las escuelas. Una medida preventiva para hacer frente a posibles tiroteos.

Desde que Nikolas Cruz tiñera de muerte el instituto de Florida el pasado San Valentín, nada ha sido igual. La sonora exigencia estudiantil de restringir el acceso a las armas de fuego ha recibido respuesta rápida en uno de los estados hasta ahora más permisivos, con la aprobación de las primeras limitaciones en más de veinte años. Pero ha sido la seguridad de los centros, y la posibilidad de armar a los profesores, la que ha disparado la polémica. El debate lo encabezó, todavía en pleno luto, el propio Trump, convencido de que “las zonas libres de armas (“gun-free zones”) son el mayor reclamo para quienes quieran atacar nuestros colegios”. Pese a las reticencias iniciales de un sector de padres, de estudiantes y de la comunidad educativa, que escucharon las propuestas presidenciales en una emotiva cita en la Casa Blanca, la iniciativa se ha ido abriendo camino . La pasada semana, el Congreso de Florida aprobó la ley con la mayoría republicana y el rechazo demócrata. El viernes, no sin confesar previamente algunas dudas sobre la idoneidad de armar a los docentes, el gobernador Rick Scott , republicano, terminó firmando el histórico texto. Los profesores dedicados sólo a enseñar materias curriculares están excluidos, pero no aquellos que tienen como objeto las actividades extraescolares.

Ayer, la Casa Blanca publicó su propio plan, que supone un respaldo específico de la llamada ley para frenar la violencia en los colegios, impulsada por la mayoría republicana en el Congreso. Además del entrenamiento a empleados y profesores de los centros en el uso de armas de fuego, el texto incluye mejoras de infraestructura . Las futuras medidas legislativas prevén la creación de un equipo de trabajo de ámbito federal que analizará la violencia con armas de fuego y otros asuntos relacionados con la seguridad en las escuelas. El borrador de la ley prevé, asimismo, conceder incentivos públicos a aquellos estados que encuentren una vía legislativa adecuada para la concesión de licencias de portar armas dentro de las escuelas.

El plan presidencial también ha recogido el resto de las medidas anunciadas por Trump, como el refuerzo de la revisión de los historiales de los compradores de armas de fuego . En el caso de Florida, la nueva legislación ha ampliado a tres días un proceso de compraventa que hasta ahora era casi inmediato. Con ello se pretende que las autoridades y los vendedores tengan margen para comprobar los antecedentes, mentales y penales, de los aspirantes a adquirirlas. Se da por hecha la aprobación del borrador de ley impulsado por los republicanos en las cámaras, que el texto de la Casa Blanca respalda expresamente. Las únicas dudas estriban en cómo se resolverá el punto que hace unos años hizo descarrilar el consenso entre conservadores y demócratas. Los republicanos siguen aspirando a mantener su compromiso con la Asociación Nacional del Rifle de que los portadores de licencias de armas en un estado puedan utilizarla libremente en cualquiera de los restantes. Como entonces, la minoría demócrata se sigue oponiendo.

Pese a que la Casa Blanca mantiene el compromiso lanzado por Trump de elevar de 18 a 21 años la edad mínima para la adquisición de algunas armas , como el rifle semiautomático que utilizó el asesino de Parkland, es poco probable que los republicanos saquen adelante una medida a la que se opone la NRA, con una gran influencia en la mayoría conservadora. En cambio, es cuestión de tiempo que se prohíban los llamados “bump stocks”, los dispositivos que multiplican la capacidad de los rifles, como si fueran automáticos. La propuesta de la Casa Blanca cuenta con un consenso casi unánime.

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