l presidente de EEUU, Donald Trump, una rueda de prensa en Varsovia junto a su homólogo polaco, Andrzej Duda
l presidente de EEUU, Donald Trump, una rueda de prensa en Varsovia junto a su homólogo polaco, Andrzej Duda - REUTERS

Trump: «Habrá que hacer algo con Corea»

El presidente estadounidense también ha acusado a su predecesor, Barack Obama, de haber sabido de la interferencia rusa en las elecciones y de no haber hecho nada

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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado hoy desde Varsovia con que «habrá consecuencias» por lo que ha calificado como «el mal comportamiento del Gobierno de Corea del Norte». Se refería a la orden de lanzamiento por parte de Kim Jong-un de un misil intercontinental capaz de llegar a Alaska, el territorio de EE.UU. más cercano a sus costas. En rueda de prensa conjunta con su homólogo polaco, Andrzej Duda, Trump ha reconocido ciertas reservas y ha admitido que no le gustaría que «Corea del Norte se convierta en una nueva Siria», pero se ha mostrado muy seguro al afirmar que «habrá que hacer algo» ante el camino emprendido por el gobierno de Pyongyang, que considera «peligroso» y «vergonzoso».

Trump agregó que la administración estadounidense está analizando varias respuestas «severas», pero no ha querido entrar en detalles sobre una posible reacción militar de Washington contra Corea del Norte. «Yo no dibujo líneas rojas», ha respondido, recordando el «gran error» que a su juicio supuso para su antecesor, Barack Obama, trazar la línea roja de las armas químicas en Siria. Trump no ha tenido reparos en acusar durante este viaje internacional a Obama de haber sabido de la interferencia rusa en las elecciones estadounidenses y de no haber hecho nada «porque creía que la candidata de su partido, Hillary Clinton, iba a ganar», dando por hecho que, efectivamente, tanto Rusia como «otros países y personas» interfirieron en el proceso electoral norteamericano. «Si hubiese pensado que él iba a ganar los comicios presidenciales de noviembre, sí que hubiese actuado», ha dicho, para a renglón seguido volver al asunto de Corea y repetir que «lo que sí puedo afirmar con seguridad es que habrá consecuencias».

El presidente estadounidense inicia así su visita a Europa para asistir a la cumbre del G20 que se celebra a partir de mañana en Hamburgo, Alemania. Su primer mensaje ha sido un llamamiento a las naciones aliadas a que se sumen, no sólo a combatir el terrorismo, sino también la amenaza de Corea del Norte. Su tono ha sido más conciliador que en otras ocasiones, Trump ha reconocido en Varsovia haber sido «muy duro» estos últimos meses con los aliados de la OTAN que no gastan el 2 % de su Producto Interior Bruto en Defensa, pero se ha felicitado por el hecho de que ahora, precisamente gracias a su «insistencia», el dinero europeo está fluyendo hacia la Alianza Atlántica.

Para tranquilidad de su primer anfitrión y dado que Polonia se siente muy amenazada por Rusia, el presidente de EEUU ha garantizado que su país está “comprometido” con la defensa del centro y este de Europa, y ha criticado la actividad “desestabilizadora de Rusia en el continente.

Esta tarde, ya en Hamburgo, Trump se reunirá con la canciller alemana Angela Merkel y dejará entrever hasta qué punto está dispuesto a ceder en su postura sobre puntos cruciales en la cumbre del G20, como son la protección del clima, una declaración a favor del libre comercio, un plan Marshall para el desarrollo de África y una línea de actuación común sobre inmigración y refugiados.

El presidente de Polonia, Duda, ha calificado de «histórica» la visita y ha afirmado que Washington es consciente de que Polonia es un país importante y líder en Europa Central. «Para nosotros, la visita del presidente Donald Trump es realmente muy importante, incluso diría que, si uno mira el contexto de esta visita, se puede decir que es incluso histórica», ha dicho, «Trump sabe de la importancia y el peso de Polonia, uno de los mayores países de Europa, y por eso viene a Varsovia». Entre los analistas, sin embargo, parece haber bastante consenso acerca del motivo por el que Trump ha pisado Europa en Polonia, y no en Alemania, y que no sería otro que desairar conscientemente a Angela Merkel, anfitriona del G20 y dispuesta a hacer triunfar en la cumbre posiciones radicalmente contrarias a las de EE.UU.

Duda ha aprovechado la ocasión para hablar directamente con Trump de temas cruciales para su país y en las que difiere de Merkel, como la seguridad energética. Polonia desea apostar por la importación regular de gas licuado desde Estados Unidos, una opción con la que busca reducir su dependencia energética de Rusia, principal proveedor de carburante en Europa Central y Oriental. Polonia ya ha recibido un primer cargamento de gas licuado llegado por mar desde Estados Unidos, lo que para Duda hace viable que a largo plazo este carburante llegue desde el otro lado del Atlántico.

Después de la reunión con Duda, Trump tiene previsto un encuentro con jefes de Gobierno de Europa Central y Oriental y un discurso en la céntrica plaza Krazinksi de Varsovia, donde se encuentra el monumento al alzamiento de la ciudad contra la ocupación nazi, símbolo de la independencia nacional.

El Kremlin responde

Por su parte, el Gobierno ruso ha rechazado las declaraciones de Trump y su acusación de que Moscú juegue un papel «desestabilizador» en Europa, y ha confiado en que la próxima reunión entre el mandatario norteamericano y su homólogo, Vladimir Putin, Washington aclare su postura.

«No estamos de acuerdo con este enfoque», ha dicho el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, preguntado por esta cuestión en una rueda de prensa, según ha informado la agencia de noticias rusa Sputnik. Peskov ha confesado que el Gobierno ruso «no comprende» la posición estadounidense. «Por ello esperamos el primer encuentro entre los dos presidentes (...) Será una buena oportunidad para conocerse y entender el verdadero enfoque de cada uno en las relaciones bilaterales», ha apuntado.

Trump y Putin se reunirán por primera vez este viernes en los márgenes de la cumbre del G20 que se celebra en la ciudad alemana de Hamburgo. El secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, espera igualmente que sea «un buen intercambio».

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