Trump amenaza a China con una guerra comercial total

El presidente de EE.UU. acusa al país asiático y a Europa de manipular sus divisas

El presidente Trump, esta semana en la Casa Blanca REUTERS

Carlos Pérez Cruz

«No lo hago por una cuestión política, lo hago porque es lo correcto para nuestro país. China nos ha estafado durante mucho tiempo». Para hacer frente a esa «estafa», Trump vuelve a amenazar con imponer tarifas a productos de importación chinos valorados en 500.000 millones de dólares, como hizo a principios de este mes a bordo del Air Force One y repitió este viernes en una entrevista en la NBC. ¿Por qué esa cifra en concreto? Porque es el total en importaciones chinas durante 2017. La guerra total.

Hasta el momento, y desde que Trump iniciara su cruzada para equilibrar la balanza comercial con China (se calcula que el déficit ronda los 375.000 millones de dólares anuales ), Estados Unidos ha aplicado tarifas de un 25% a productos del gigante asiático valorados en 34.000 millones y tiene prevista una siguiente ronda por valor de 16.000 millones más. También ha estudiado la ampliación de estas tarifas para otros 200.000 millones, que el presidente explicó se aplicarían en función de la respuesta china. En el inventario de productos afectados por la primera ronda de aranceles figuran maquinaria industrial, componentes electrónicos e informáticos, entre otros.

Como si de una partida de ping pong se tratara, China respondió a la primera de las decisiones aprobadas por Trump con la imposición de tarifas equivalentes a bienes estadounidenses, incluidos productos agrícolas, lo que ha afectado de lleno a uno de los sectores donde más votos consiguió Donald Trump en las elecciones de 2016. El presidente, sin embargo, defendió en Twitter que el problema de este sector proviene de «los malos (terribles) acuerdos comerciales con otros países».

Manipulación de divisas

En su obsesión por reducir el desequilibrio en sus balanzas comerciales, Trump acusó este viernes a China y a Europa de manipular sus divisas y de mantener bajos sus tipos de interés, y atizó a una institución que, para apuntalar su independencia, suele quedar al margen de los comentarios y críticas de los inquilinos de la Casa Blanca, la Reserva Federal.

El presidente se quejó por su política de incremento de los tipos de interés, lo que, según Trump, «daña todo lo que hemos hecho», resta capacidad competitiva al país y supone un obstáculo en su ya de por sí complejo objetivo de conseguir equilibrar la balanza comercial. La preocupación de Trump se fundamenta en el hecho de que la subida de intereses fortalece el dólar frente a otras monedas y un dólar más fuerte encarece las exportaciones de Estados Unidos. Pero esa fortaleza es también consecuencia de las políticas de Trump, como su cacareado recorte de impuestos, una de las medidas estrella de su campaña.

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