El timo de la llamada policial desvalija a 400 ancianos alemanes en mes y medio

La policía (la de verdad) advierte de que ninguna autoridad contacta con individuos concretos para conocer su patrimonio

Tres ancianos, en una imagen de archivo, conversan sentados en un parque Raúl Doblado
Rosalía Sánchez

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Ernst Gruber estaba solo en casa cuando sonó el teléfono. Al otro lado de la línea, un hombre amable y simpático se identificó como agente de la policía de Frankfurt y le informó que en el vecindario se estaban produciendo robos, por lo que se aconsejaba a la población poner a salvo todo lo que tuviesen de valor en casa hasta haber puesto fin a la serie de asaltos a las viviendas. El anciano de 86 años metió obedientemente en un sobre con su nombre, su número de documento de identidad y su dirección y teléfono varios miles de euros que guardaba en su dormitorio y un par de joyas de la familia. Después depositó el sobre en el contenedor habilitado por la policía y se sintió mucho más tranquilo. Semanas más tarde, cuando descubrió el engaño, supo también que no ha sido la única víctima de este timo. Desde principios de año la policía, la de verdad, ha registrado más de 400 denuncias por este mismo timo en la ciudad de Frankfurt. Solo en enero los timadores se han hecho allí por este procedimiento con unos 200.000 euros y están expandiendo su actividad a otros Bundesländer. La policía de Hesse ha comenzado también a recibir denuncias.

La mayoría de las víctimas son personas de edad avanzada y que viven solas, aunque no solamente los ancianos tienden a guardar dinero en casa en Alemania. Mientras en otros países europeos el pago con tarjeta se ha extendido a mayor velocidad, los alemanes siguen pagando alrededor del 80% de las compras en efectivo y para ello llevan una media de 162 euros en la cartera, según dantos de la Oficina Federal de Estadística, y tienen en casa una reserva permanente. En 2010, en plena crisis, los alemanes ahorraron un 15% de sus ingresos y la desconfianza en los bancos llegó a sus cuotas más altas. Burg-Waechter , el mayor fabricante alemán de cajas fuertes, confirma que sus ventas subieron en 2016 un 25% y que apenas consigue satisfacer los pedidos que recibe debido también a la política de tipos de interés cero del Banco Central Europeo, que ha llevado a entidades bancarias alemanas a cobrar dinero por los depósitos de sus clientes.

Gruber ha declarado a Frankfurter Allgemeine que el tipo que llamó a su casa por teléfono «parecía muy sincero y simpático» y que «me dio la impresión de que sabía de qué estaba hablando». Otras víctimas fueron más precavidas y desconfiaron en el último momento. Una simple llamada a la policía basta para descubrir que se trata de una estafa y para aclarar timos anteriores.

Ilona G., de 87 años, se dejó convencer por los dos jóvenes que se presentaron en su casa de uniforme y que este mes han debido responder finalmente ante los tribunales de Wiesbaden. Silvio S. y Emanuel T., de 27 y 24 años respectivamente, formaban parte de una cuadrilla de timadores que llamaron a su puerta ofreciéndose a «verificar la autenticidad» su dinero, como «medida de prevención» por el alto nivel de billetes falsos en la ciudad. Se llevaron los 425.000 euros y solo fueron detenidos posteriormente, cuando otra víctima desconfió y puso sobre la pista a las autoridades. Uno de ellos ha confesado que solo cumplían con las instrucciones que recibían de ojeadores que permanecen en el anonimato y que son los que señalan a qué puerta hay que llamar. Les encargan a menudo dar instrucciones a los ancianos como no hablar del asunto con nadie, tampoco con miembros de su familia. Les hacen creer que están amenazados por bandas de ladrones y se sienten muy confundidos cuando descubren la estafa sin saber a quién acudir, hasta el punto que una anciana disparó la semana pasada a un agente de policía auténtico que se acercó a su casa para interesarse por su casa, pensando que eran los estafadores que regresaban a por ella.

«Todos los días recibimos entre 40 y 80 informes de incidentes de este tipo», informa Isabell Neumann, portavoz de la policía de Frankfurt, «por lo general son personas mayores que no han caído en la estafa y que quieren informar a la policía real sobre las llamadas sospechosas». «No se debe seguir hablando con los que llaman», es el consejo de Neumann, «si se recibe una llamada telefónica extraña, cuelgue de inmediato y llame a la policía usted mismo».

Según la policía, cada minuto de conversación con los timadores sirve solamente para cerrar más el círculo sobre la víctima porque «da igual lo que los ancianos digan o pregunten, para cada demanda hay una respuesta meticulosamente estudiada y entrenada por parte de los estafadores». Generalmente, comienzan la conversación con empatía, solo para volverse más resueltos más tarde y suscitar más y más pánico entre los ancianos. Incluso si cuelgas, el policía falso suele repetir insistentemente la llamada. «Todos deberían saber que ni la policía ni ninguna otra autoridad llamará a individuos concretos para pedir ver su dinero o ningún tipo de ayuda financiera. La gente debe estar segura: ¡Eso nunca sucede! Y por lo tanto, siempre es una clara señal de advertencia».

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