May confirma que aplaza la votación del acuerdo de Brexit e intentará renegociar con Bruselas

La primera ministra asegura ante la Cámara de los Comunes que un segundo referéndum «dividiría» al país. El laborista Corbyn pide que se vaya si no logra logra renegociar el pacto

Theresa May, este lunes durante su intervención en la Cámara de los Comunes Reuters VÍDEO: Atlas

Iván Alonso

Tras muchos rumores y peticiones desesperadas por parte de su equipo más cercano, Theresa May finalmente tomó la decisión que parecía más fácil : posponer la votación del acuerdo del Brexit, que debería haber tenido lugar ayer, de forma indefinida para evitar una humillante derrota en el Parlamento británico.

La «premier» comparecía, de forma inesperada, ante la Cámara de los Comunes a media tarde y confirmaba que «aplazaba» la votación porque había escuchado «con mucha atención» el debate que se ha llevado a cabo estos estos últimos días en el Parlamento. May admitía que de haber llevado a cabo ayer la votación del acuerdo «no saldría adelante por un amplio margen; por tanto, he decidido aplazarla y no proceder con ella».

No obstante, la primera ministra no dio detalles de cuándo tendrá lugar la votación. Lo único que confirmó es que hará lo que la mayoría del Parlamento, y de su Ejecutivo, le llevan pidiendo desde hace varios días: viajar a Bruselas para tratar de renegociar el punto clave y que ha ocasionado más división entre los diputados británicos, el de la frontera de Irlanda y la salvaguarda impuesta sobre ella. May aseguró que mantendrá «conversaciones de emergencia» con sus homólogos europeos antes de la cumbre que comenzará en Bruselas este jueves.

En ellas, dijo la «premier», buscará «garantías» de que esa salvaguarda no sea «indefinida». Al referirse a la espinosa cuestión de la frontera entre Irlanda del Norte y el resto de la isla, May dijo que observaba una « preocupación profunda » entre los compañeros conservadores con lo que ha venido hablando estos días para tratar de convencerlos de que apoyasen su plan.

May, preguntada por las conversaciones que ha mantenido estos últimos días con sus colegas europeos (entre ellos el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker y el primer ministro irlandés, Leo Varadkar), confirmó que estos están abiertos a discutir sobre esta cuestión para tratar de llegar a un acuerdo cuanto antes. La primera ministra, además, acusó a la oposición de querer un segundo referéndum sobre el Brexit que, a su juicio, «dividiría a la población de nuevo».

La primera ministra insistió en varias ocasiones en que «no es posible dar una fecha» para la celebración de la votación aplazada «hasta que hayamos» reiniciado las negociaciones con la UE, aunque sugirió que la actual legislación británica la obliga a celebrarla antes del 21 de enero. Algo que los responsables de la Cámara de los Comunes niegan, apuntando el 28 de marzo como fecha tope para celebrarla.

La decisión de aplazar esta votación la tomó May durante un fin de semana en el que sus principales ministros seguían negando categóricamente que esta fuera a retrasarse . De hecho, muchos se enteraron tras la llamada de «emergencia» a su Gabinete que hizo a primera hora de la mañana de ayer donde comunicó este aplazamiento.

[Consulta aquí las claves sobre lo que pasará con el Brexit ]

Tribunal de la UE

La «premier» estuvo intentando, hasta última hora, convencer a sus diputados rebeldes -se calcula que más de 100 conservadores hubieran votado en contra- de que apoyen su acuerdo sugiriendo que se modificará la salvaguarda referente a la frontera de Irlanda. Ahora, tendrá que conseguir concesiones por parte de la UE para tratar de venderles esos cambios.

Mientras, el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, que esperaba utilizar la derrota de May para tratar de forzar unas elecciones generales , advertía a la primera ministra de que si fracasa en su nuevo intento deberá «dejar paso a un nuevo Gobierno», dejando aún en el aire si procederá con una moción de confianza para tratar de desbancar del 10 de Downing Street a la líder conservadora.

De nada sirvió, al parecer, el balón de oxígeno que brindó el Tribunal de Justicia de la UE a May con su sentencia de ayer, en la que dictaminó que si el Reino Unido retira su propuesta de Brexit no neecesitará contar con el parecer de nadie más. No supo aprovechar la «premier» esta decisión para hacer ver a los euroescépticos críticos de su partido que, si ella cae, su sucesor (apuntando a Corbyn) podría dejar al país sin Brexit y dar marcha atrás a todo el proceso.

El otro gran dato preocupante para Reino Unido de ayer fue la debacle de la libra esterlina, que caía hasta su valor mínimo en 20 meses frente al dólar (1,25 dolares) y cedía casi un 0,7% frente al euro (1,10).

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