El líder del Partido Laborista rompe con Corbyn y vuelve al centro de Tony Blair
Starmer lamentó que los errores internos han dado una década de poder a los «tories»
El batacazo electoral del Partido Laborista británico en las elecciones generales de diciembre fue un resultado merecido. Así lo cree Keir Starmer, que asumió como líder de la formación el pasado abril después de que los malos resultados precipitaran la salida del polémico Jeremy Corbyn, que llevaba cinco años al mando. «Seamos brutalmente honestos con nosotros mismos. Cuando pierdes una elección en una democracia, te lo mereces. No miras al electorado y le preguntas: ‘’¿Qué estabas pensando?’’. Te miras a ti mismo y te preguntas: ‘’¿Qué estábamos haciendo?’’», señaló Starmer, que habló desde Doncaster, en South Yorkshire, Inglaterra, en su primer discurso durante un congreso anual del partido.
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«El Partido Laborista ha perdido cuatro elecciones generales seguidas. Les hemos concedido a los conservadores una década de poder. Los conservadores han tenido tantos triunfos electorales en cinco años como nosotros en 75. Es una traición a lo que creemos dejar que esto continúe. Es hora de tomar en serio la posibilidad de ganar», dijo, convencido de que con su liderazgo, los votantes descontentos que provocaron la caída del llamado «Muro Rojo» el año pasado volverán a las filas del partido socialista. A ellos hizo un llamamiento para regresar a la formación y mostró su intención de romper el «Muro Azul» de los conservadores, con la promesa de convertir al Reino Unido en el «mejor lugar para crecer y envejecer». «A las personas de Doncaster y Deeside, Glasgow y Grimsby, Stoke y Stevenage, a los que se han alejado del laborismo, os digo esto: os escuchamos. Nunca más el Laborismo os dará por sentado ni a vosotros ni a las cosas que os importan. Y os pido: échadle otro vistazo al laborismo. Estamos bajo un nuevo liderazgo», dijo, antes de añadir: «Amamos este país como ustedes».
«Oposición competente»
Starmer, de 58 años, consideró que el partido está nuevamente convirtiéndose «en una oposición competente y creíble », pero detalló que «eso no es suficiente», y añadió: «No entré a la política para estar en la oposición, y vosotros tampoco. Entré a la política para cambiar vidas . Nunca más se presentará el partido laborista a unas elecciones sin que los votantes confíen en nuestra capacidad para gestionar la seguridad nacional, su empleo, su comunidad y su dinero», aseveró.
En un discurso que sus seguidores, y él mismo, disfrutaron de modo agridulce vía internet y sin el calor del directo debido a las restricciones impuestas para controlar los contagios de Covid-19, el ex fiscal general habló en primera persona, destacando que su compromiso con el sistema nacional de salud tiene un componente personal ya su madre fue tratada de una enfermedad rara, mientras que su convicción de que todo el mundo debe tener las mismas oportunidades está inevitablemente salpicada por su propia experiencia, ya que fue el primero de su familia en ir a la universidad.
Duro con Johnson
Tanto en las formas como en el fondo, este abogado especialista en derechos humanos hizo un claro intento durante su discurso de alejarse no solo de su antecesor, a quien ni siquiera mencionó por su nombre (a quienes sí nombró fue a los ex primeros ministros laboristas Clement Attlee, Harold Wilson y Tony Blair) sino también del primer ministro, Boris Johnson, a quien atacó con dureza por su «incompetencia», y la de su Ejecutivo, en la gestión de temas tan importantes como la pandemia del coronavirus o el acuerdo comercial post Brexit con Bruselas.
«Simplemente no está a la altura del trabajo », dijo, y agregó que «siempre que se encuentra con un problema, Johnson responde deseando que desaparezca o arremetiendo». El primer ministro «estará fallando al Reino Unido si fracasa a la hora de obtener un acuerdo», y si esto ocurre, «no tendrá a nadie a quien culpar más que a sí mismo», advirtió.
